Del caballito de mar al cachalote
Veinte millones de caballitos de mar mueren cada año para satisfacer las necesidades de la industria farmacéutica tradicional china; los japoneses están descubriendo la potencialidad de la medusa como animal de compañía; el turismo playero es la principal amenaza que sufre la tortuga marina mediterránea; una buena información es decisiva para ayudar en las primeras horas a un cachalote varado. Éstos son algunos de los asuntos abordados ayer en la primera jornada del 26º congreso internacional de la Asociación Europea de Conservadores de Acuarios (EUAC), que reúne en Barcelona hasta el jueves a unos 125 biólogos y especialistas científicos en acuarios de países de Europa y de Estados Unidos. La EUAC tiene como objetivo facilitar el intercambio de experiencias entre los cuidadores de acuarios para contribuir a la divulgación de los ecosistemas marinos y su preservación. El prestigioso zoólogo belga Paul Van den Sande, presidente del congreso, subrayó en la apertura de éste el incremento mundial de los acuarios independientes -en el pasado estaban integrados en los zoológicos- y el aumento de su número de visitantes en paralelo al creciente interés social por el mundo acuático. Van den Sande señaló la aparición de sofisticados acuarios de segunda generación que permiten al hombre una experiencia inédita del medio subacuático y reflexionó sobre el hecho de que los acuarios, al contrario que los zoos, no sufren el acoso de los grupos ecologistas y de derechos de los animales. Apuntó que ello se debe seguramente a que el acercamiento a las especies marinas es menos sentimental y a que la gente no percibe al pez en el acuario como a un animal en cautividad. Para Jordi Sabaté, director del Aquàrium de Barcelona, institución anfitriona del congreso, son especialmente interesantes las informaciones que brindan los congresistas sobre nuevas instalaciones, como el proyecto de un acuario en Shanghai para cuya creación se está desecando un lago. La comunidad de acuaristas es una verdadera tribu, con sus pasiones características, una alta dosis de buen humor y varios personajes de excéntrica apariencia. Entre las ponencias de ayer, muy orientadas al conservacionismo, destacó la del responsable del museo marítmo danés de Esbjerg, Sven Tougaard, un científico con aspecto de arponero del Pequod y camiseta de cerveza Carlsberg, que habló del insólito aumento de los embarrancamientos de cachalotes en su zona y presentó un programa piloto para afrontar los problemas que tales percances plantean. De auténtico documental gore puede calificarse el vídeo que proyectó luego D. Majewsky, director del acuario noruego de Bergen aan Zee, que mostraba el despiece de un cetáceo varado, incluyendo una explosión de gases y desparrame de intestinos. El proyecto de seguimiento vía satélite de las migraciones de tortuga mediterránea (Caretta caretta) despertó gran interés entre los congresistas. La especialista F. Bentivegna apuntó la necesidad de reducir el turismo playero en las zonas de nidificación, señaló la peligrosidad del estrecho de Mesina para los mencionados quelonios y recordó que de cada mil huevos sólo una tortuga llega a reproducirse, lo que provocó la natural consternación en la sala. No menos dramática fue la ponencia de H. Hall sobre el cuidado y conservación del caballito de mar. La bióloga dijo que la medicina tradicional china emplea sistemáticamente a estas simpáticas criaturas como ingrediente de sus pócimas, y explicó la emotiva experiencia que tuvo al llevar a un anciano médico chino a un acuario y mostrarle cómo eran vivos los hipocampos: él nunca los había visto así.
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