Otro nacionalismo
Sería saludable para el nacionalismo preguntarse por los pensamientos y deseos de ese gran colectivo de descendientes de inmigrantes que, sin ser mayoritariamente nacionalista, tampoco encuentra motivos para ser su enemigo. Pues ese peculiar criollismo y mestizaje espera una redefinición del nacionalismo despojada de mitos y esencias, que mire al futuro con sentido integrador, progresista y laico. Sólo así se vería liberado del trenzado melancólico y podría competir por el voto de los otros vascos. La demanda de ese voto da derecho a críticas como ésta, que sólo pueden escandalizar a los recalcitrantes. A mi entender, no se trata tanto de nacionalismo sí o no, como de ser nacionalistas de otra manera, es decir contemporáneos, socialdemócratas, desembarazados de mitos, religiones y populismo. No hay diálogo posible sin una mínima disposición a creer firmemente en la dialéctica, en el riesgo a modificar algunos de los criterios en juego. Puede ocurrir que este renovado nacionalismo, aunque no del todo inédito, no interese o no sea posible. Algún ensayo ya quedó frustrado. ¿Soportaría el nacionalismo tradicional un nacionalismo desjelkideizado?- . .
¿Ayuda humanitaria?
Los periódicos del pasado día 11 anuncian que la Embajada española en México ha donado 30 millones de pesetas al Gobierno mexicano en concepto (supuestamente) de ayuda humanitaria para las víctimas de las inundaciones en Chiapas. Por lo visto poco le ha importado a la Embajada que el Gobierno mexicano haya sido repetidamente acusado por la mayoría de los observadores internacionales de gestionar la ayuda de forma discriminatoria y con fines clientelistas. El Gobierno mexicano distribuye esa ayuda a través, entre otros, del Ejército Federal. Es sabido que éste utiliza la ayuda humanitaria ("labor social") como arma en una guerra de baja intensidad donde las comunidades que se someten obtienen recursos, mientras que quienes se declaran en resistencia y reclaman paz con justicia son condenados a pasar hambre (80% de desnutrición infantil en la zona, según el propio Gobierno) y sufrir la represión. Poco le ha importado a la Embajada que el Ejército esté en el origen de una tragedia humanitaria comparable a la de las inundaciones. No parecería sensato enviar la ayuda destinada a las mujeres afganas a través de los talibanes, o la ayuda de los desplazados kurdos a través de los regímenes turco o iraquí. ¿Por qué en Chiapas se encarga a los verdugos gestionar la ayuda de las víctimas?¿Es simple irresponsabilidad o hay algo de complicidad?- . .
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