Un Nobel gratificante

El Premio Nobel de Economía ha recaído este año en Amartya Sen, cuyo trabajo se ha concentrado en ayudar a los pobres y en analizar cómo las políticas de los Gobiernos pueden causar inanición incluso cuando hay alimentos disponibles. Es gratificante ver que el premio ha sido concedido a un hombre que se ha dedicado a investigar las consecuencias de la pobreza y la distribución de la riqueza; cuestiones de máxima importancia para mucha más gente que los estudios de los ganadores del año pasado, Robert Merton y Myron Scholes, que fueron galardonados por su pionera investigación sobre evaluación de opciones y derivados.

Haber ganado el Premio Nobel no cambiará el ya gran reconocimiento de Amartya Sen en el mundo de la economía, pero le proporcionará mayor consideración pública y aumentará la probabilidad de que sus recomendaciones sean seguidas.

Este reconocimiento puede ser un arma de doble filo, tal y como los ganadores del año pasado pueden atestiguar. Cuando Merton y Scholes recibieron el Nobel, la mayoría de la gente pensó que no necesitaban el premio cercano al millón de dólares, ya que eran socios de una próspera entidad financiera donde aplicaban sus descubrimientos.

Desgraciadamente, esta empresa, Long-Term Capital Management, ha quebrado, lo cual proporciona una espectacular prueba de que incluso las teorías más sofisticadas no siempre funcionan.

15 de octubre.