UGT amenaza con protestas, mientras CCOO confía en algún pacto social

Los dos sindicatos mayoritarios ven de forma bien diferente el estado del diálogo social con el Gobierno. Mientras UGT amenazaba ayer de nuevo con convocar movilizaciones, CCOO mostraba su confianza en que todavía se puedan lograr algunos acuerdos parciales. Tras esas declaraciones, mantuvieron una reunión y en un comunicado conjunto matizaron que, pase lo que pase, irán juntos a las protestas o a la firma de pactos.La UGT parece no querer dar ningún margen de maniobra al Gobierno y prevé emprender a mediados de noviembre protestas y manifestaciones en caso de que durante esta semana el Ejecutivo no cambie sus propuestas en las mesas sobre contratos a tiempo parcial, incentivos al empleo estable y políticas pasivas, según manifestó el secretario de acción sindical ugetista, Toni Ferrer. Ferrer lamentó la falta de avances que, a su juicio, refleja la "reticencia" del Ejecutivo a mejorar las condiciones laborales de los trabajadores y a facilitar a los parados su acceso a un empleo. Se quejó de que sólo se ha conseguido un acuerdo en la protección social para los contratos de empleo estable a tiempo parcial.

Ferrer criticó que el Ejecutivo no esté dispuesto a "rectificar" en mejorar la cobertura del paro, reducir el tiempo de trabajo en beneficio del empleo o impulsar la estabilidad, mientras se limita a proponer que se prorroguen los actuales incentivos.

Comisiones Obreras también descarta un acuerdo con el Gobierno sobre la protección al desempleo, pero es optimista respecto a la regulación de la contratación a tiempo parcial y el fomento de la estabilidad en el empleo, según su portavoz, Javier Doz. Pese a ello no descartan movilizaciones contra el Gobierno y también contra los empresarios, dando un plazo mayor, hasta finales de noviembre.

Ése es el criterio del sector mayoritario, ya que los críticos de CCOO pidieron ayer en el consejo del sindicato la ruptura de la negociación con el Gobierno, argumentando que el contenido de los Presupuestos de 1999 supone "un golpe de muerte" a todas las reivindicaciones planteadas en las mesas negociadoras, y son partidarios de la convocatoria de movilizaciones.