Claves de un Estado
Con una población estimada en 30 millones de habitantes, según el censo de 1996, y un incremento demográfico del 2,5% anual, el Reino de Marruecos deberá alimentar a 40 millones de personas -el 41% menores de 15 años- antes del 2010. El rápido crecimiento de las ciudades hace prever que en esas fechas la población rural deje de ser mayoritaria.
Con un 98% de musulmanes de confesión sunita y rito malekita, la diversidad cultural es, sin embargo, notable. Hay un plurilingüismo acentuado, con tres lenguas de la familia bereber, un árabe hablado con diferencias regionales, y dos lenguas extranjeras muy difundidas: el francés, en el centro y sur, y el español, en el norte.
La tasa de analfabetismo es del 65%, y aún mayor entre las mujeres. Pero la enseñanza superior ha aumentado de 161.000 alumnos en 1986 a más de 250.000 en 1998, y ha producido un fenómeno nuevo: los licenciados en paro. Las principales riquezas del país son el sector minero (fosfatos), la agricultura y la pesca. El turismo y las transferencias bancarias de los emigrantes en Europa constituyen las dos principales entradas de divisas.
La Constitución actual (adoptada en 1992 y modificada en 1996) define a Marruecos como una monarquía constitucional, en la que el rey ejerce también la función religiosa de comendador de los creyentes.
Con una deuda externa de 23.000 millones de dólares (3,2 billones de pesetas), Marruecos dedica el 33% del presupuesto a pagar deuda e intereses. La presencia española (con más de 800 empresas) en la economía marroquí está en pleno crecimiento, con más de 1.500 millones de dólares en intercambios.
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