Francia llora por la desgracia de los jubilados de La Rochelle
El presidente francés, Jacques Chirac, y el primer ministro, Lionel Jospin, se sumaron anoche públicamente al dolor de las 20 familias que perdieron ayer a algún pariente en el lago de Banyoles, un suceso que conmocionó vivamente a la sociedad francesa. "Antes de nada", señaló Chirac, "quiero expresar a las familias de las 20 víctimas y a sus amigos mi gran tristeza y mi viva compasión. Quiero igualmente testimoniar mi simpatía a las personas que han resultado heridas por este suceso".
En un comunicado oficial, el presidente francés señaló que "en colaboración con el Gobierno español, las autoridades francesas se pondrán decididamente a la obra para aportar a nuestros compatriotas afectados por el drama toda la asistencia y sostén necesarios".El primer ministro, por su parte, transmitió su solidaridad a los familiares de los fallecidos, tras señalar que el dramático naufragio le habría producido una "profunda emoción" personal. Jospin afirmó que había reclamado ser "informado personalmente de las conclusiones de la investigación sobre las causas del accidente que llevan a cabo las autoridades españolas". Pese a las huelgas en el transporte parisiense y la agitación política y parlamentaria, el suceso fue acaparando la atención de los medios informativos a medida de que las agencias incrementaban paulatinamente el número de víctimas. El hundimiento en España de una embarcación que transportaba a 141 jubilados de La Rochelle sembró inmediatamente la inquietud en esa capital del Oeste francés y la angustia en las pequeñas poblaciones de Saint-Gilles Croix de Vie, Saint Hilarie de Riez y de Fenouillé, en la región de la Vandeé, de donde proceden 60 de las personas que viajaban en la embarcación.
Ante las centenares de llamadas de familiares de turistas de viaje por España, las autoridades francesas optaron por facilitar un teléfono de contacto para dar cuenta directa de los datos que llegaban de Barcelona (el teléfono de París es 33 01 43 17 53 53). Se organizó un gabinete de crisis rápidamente en La Rochelle para asistir a los familiares de las víctimas y facilitarles el traslado a Barcelona. Según el alcalde y diputado de La Rochelle, Michel Crépeau, la mayoría de las víctimas procedían de los departamentos de La Vendeé, la Loire-Atlantique y la Mayenne. Entre los fallecidos se encuentra Paulette Merle, de 64 años, esposa del superviviente Lucien Merle, de 72 años, que permanece ingresado en estado de shock y 19 jubilados miembros de la asociación Trovadores de La Rochelle.
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