PATXI URQUIJO PROFESOR DE BELLAS ARTES "La imagen de un político puede cambiar el sentido del voto"
Los medios de masas marcan nuestro comportamiento cotidiano de forma brutal, afirma el profesor de la Facultad de Bellas Artes de la UPV Patxi Urquijo (1962), quien ofrece en Vitoria un curso sobre la influencia de lo audiovisual en el comportamiento cotidiano, dentro del seminario Imagen y ciudadano. Urquijo hace hincapié en que la manipulación de la imagen no es algo exclusivo del medio audiovisual, sino una práctica habitual entre los ciudadanos de a pie. No obstante, reconoce el poder de los medios audiovisuales en la fijación de modelos de conducta que "el público acoge con más sumisión de la deseable". Pregunta. ¿Qué importancia tiene una manipulación de la imagen del personaje en el concepto que de él se forma el espectador? Respuesta. Toda. Un tratamiento de imagen adecuado en el momento en que se entrevista a un político puede hacer aparecer en montones de desinformados y de votantes indecisos la imagen de un líder de confianza que merece el voto. P. ¿Hay ejemplos concretos en los que los medios hayan propiciado una victoria política? R. Basta recordar el mítico debate televisivo del año 1960 entre John Fitzgerald Kennedy y Richard Nixon que dio la vuelta a las elecciones estadounidenses. El resultado fue favorable al primero, a pesar de que todo el dinero y todo el poder estaban de parte del segundo. Lo que hizo Kennedy fue revisar la imagen de lo que entonces era un político y ponerla a la moda. Richard Nixon apareció como alguien fuera de onda. P. ¿Ha perfeccionado mucho el sistema ese modo de influir? R. Totalmente. Ahora se hacen auténticas virguerías. Se ve clarísimo como cada partido tiene sus propios profesionales de imagen que, si no sustituyen, sí aleccionan a los directores de fotografía y a los encargados de iluminación. Todo para poner en escena la imagen que desean que transmita el político en cuestión. P. ¿Manipula el hombre de la calle su imagen en su comportamiento cotidiano? R. Sí. No hay más que ver la evolución de la pose en la fotografía. Nuestros abuelos, a los que les sacaban tres fotos en toda su vida, aparecían siempre sentados y con su mujer detrás de pie. La pose era una representación de lo que la moda consideraba era la dignidad. Frente a esto está la desenvoltura tan calculada que practicamos ahora ante la cámara. Insistimos en una pose que, creemos, muestra nuestro mejor aspecto. Todo esto responde a la ansiedad mitómana que sufrimos en nuestro mundo occidental. P. ¿Existe un proceso de imitación ante los modelos televisivos? R. Sí, nos encontramos indefensos ante ellos. Marcan nuestro comportamiento cotidiano de una forma brutal y agresiva.
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