Mujeres del siglo XVII combatieron el dominio masculino a través del teatro

Una de las bases morales que sustentaban la sociedad española del siglo XVII era la honra. Esta cualidad residía, en gran parte, en la libertad sexual de las mujeres. Uno de los grandes dramaturgos del siglo XVII, Calderón de la Barca, acuñó un término: el "marido calderoniano", un señor que podía asesinar a su mujer si ésta hacía peligrar su honra. Sin embargo, en el siglo XVII hubo mujeres que lucharon contra esta situación. El libro La presencia de la mujer en el teatro barroco español así lo demuestra.

El libro, que ha sido editado por la Consejería de Cultura y el Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro, fue presentado ayer en Sevilla, en el Centro de Documentación de las Artes Escénicas. Una profesora de la Universidad de Sevilla, Mercedes de los Reyes Peña, fue la encargada de la edición del libro, que incluye los textos de tres conferencias y dos mesas redondas celebradas los pasados 23 y 24 de julio en el Festival de Almagro. El libro incluye asimismo información sobre la puesta en escena de la obra Las Gracias Mohosas, de la dramaturga barroca andaluza Feliciana Enríquez de Guzmán. Uno de los mayores atractivos del libro es mostrar la lucha de la mujer por alcanzar parcelas de libertad en una sociedad donde el hombre era rey y señor. El marido calderoniano que asesinaba a su mujer ante el mínimo atisbo de duda sobre su fidelidad es un ejemplo de cómo se las gastaban algunos hombres en aquella época. Mercedes de los Reyes, con todo, intentó minimizar el alcance social de las obras de Calderón. "Una cosa es la realidad y otra la creación literaria", explicó la profesora. "Esos casos de maridos calderonianos que se ven obligados a tomar esas determinaciones [asesinar a sus esposas] en otras obras quedan puestos en tela de juicio", afirmó Mercedes de los Reyes. En efecto, las dramaturgas del Siglo de Oro -Ana Caro, María de Zayas, Sor Juana Inés de la Cruz, Ángela de Acevedo...- lucharon en gran parte contra esta injusticia. Teresa Ferrer señala en una de las conferencias recogidas en el libro que uno de los "temas recurrentes" en las obras dramáticas escritas por mujeres es "la condena de la violencia como solución a los conflictos de honor". Las escritoras del siglo XVII también intentaron neutralizar la acusación de "debilidad" e "inconstancia" contra las mujeres. "Las dramaturgas trataron de intervenir en el discurso masculino sobre la mujer", concluye Ferrer.