Socialistas y EU-EV denuncian que a Dos Aguas llega basura sin tratar

El accidente el pasado viernes de un camión de basura que se dirigía al vertedero de Dos Aguas ha desatado de nuevo las críticas contra el basurero más polémico de la Comunidad Valenciana. Los residuos desparramados en la cuneta no ofrecen dudas al Grupo Socialista y al de Esquerra Unida-Els Verds: el camión siniestrado transportaba basura fresca, es decir sin tratar, y no sólo pacas compactadas de rechazo de la planta de tratamiento de Fervasa. El vuelco también ha reabierto el debate sobre la seguridad de esa vía de transporte.

El vertedero de Dos Aguas, todavía en construcción pero que ya recibe basura del área metropolitana de Valencia (a más de 50 kilómetros), está previsto para recoger el rechazo producido después de tratar la basura del Consell Metropolità de L"Horta (CMH). Así se especifica en el contrato de adjudicación por el que el CMH concedió la licencia para gestionar la basura de un millón y medio de valencianos a la Unión Temporal de Empresas formada por Fomento de Construcciones y Contratas y Sociedad de Agricultores de la Vega (FCC-SAV). Sin entrar en la polémica de que la adjudicación se hizo para un vertedero previsto en otra ubicación de Dos Aguas y no en la que ahora se vierte, los residuos deberían llegar en forma de balas compactadas. Así, la basura ha de ir a la planta (en Quart de Poblet), donde se separan los materiales aprovechables y se fabrica compost con la materia orgánica. Sólo el rechazo de este proceso, comprimido en unas balas o pacas de residuos, ha de ir a Dos Aguas. Sin embargo, los críticos con el futuro vertedero han denunciado que desde este verano, cuando se comenzó a verter, más de 30 camiones diarios llevan a Dos Aguas basura fresca. Son vehículos de bañera (con la caja del remolque abierta) y la carga es visible. Y si bien reconocen que muchos llevan balas otros transportan basura sin tratar. Residuos camuflados De cualquier forma, el contenido del camión accidentado el viernes (basura fresca, según testigos) ha desatado las críticas de dos grupos de la oposición en las Cortes. Desde EU-EV alertan del peligro que supone depositar residuos contrarios al proyecto sin que todavía se haya construido el muro de contención (el proyecto, en un terreno de gran pendiente, prevé un dique para que la basura no vaya al Júcar) y en una época donde las trombas de agua no son infrecuentes. Desde el Grupo Socialista se apunta que el engaño es constante, que hasta los camiones en apariencia correctos camuflan la basura sin tratar con balas en la superficie y, una vez en Dos Aguas, las excavadoras se encargan de tapar con tierra el vertido. La diputada socialista María Antonia Armengol anunció ayer que iniciará medidas parlamentarias instando al Consell para que vigile los vertidos y que informará a la fiscalía sobre los hechos (a la que ya comunicó las irregularidades detectadas en la adjudicación y en los informes de impacto ambiental). Desde el CMH apuntaron ayer que si la basura vertida es fresca la UTE incumple el contrato, pero aseguró que sus técnicos no han detectado ninguna irregularidad. EL PAÍS intentó, sin éxito, conocer la versión de FCC-SAV. La seguridad de la carretera también ha recibido críticas. El acuerdo del Consell por el que se autorizan los vertidos especifica que los vehículos sólo podrán ir por la VV-3046 entre Dos Aguas y la CN-330. Pero vecinos de la zona han denunciado que muchos camiones llegan desde la A-3 por la carretera de Macastre. Un particular ya ha informado al director general de Tráfico de este hecho.