El rector de Elche elude los temas espinosos y se ofrece para colaborar con el Consell Rodríguez Marín apuesta por el uso conjunto de las autonomías política y universitaria
El acto de apertura del segundo curso académico de la Universidad Miguel Hernández de Elche se caracterizó ayer por su tono protocolario y la lectura de discursos poco reivindicativos, en contraste con lo ocurrido en el resto de universidades valencianas. El rector, Jesús Rodríguez Marín, centró su intervención en los retos que se le plantean a la universidad actual, y se ofreció al Consell que preside Eduardo Zaplana para colaborar en la mejora de la calidad de la enseñanza "con un sabio uso conjunto de la autonomía universitaria y la autonomía del gobierno valenciano".
El académico advirtió al inicio de su discurso que no tenía intención de efectuar durante el acto "la obligada exposición del catálogo de problemas varios que afectan a la universidad", y prefirió centrar su alocución en una reflexión sobre el papel que debe desempeñar la propia comunidad universitaria para mejorar su institución. Rodríguez Marín invitó a los docentes a volcarse en la investigación, entrelazarse en el entorno social y participar activamente en el debate sobre el futuro de la sociedad. "Todo ello", precisó, "para conseguir preparar a buenos profesionales a través de una enseñanza de calidad". La palabra autonomía centró, por otro lado, buena parte del discurso del consejero de Educación. Sin alusiones directas, Francisco Camps enumeró las virtudes y derechos de los distintos tipos de autonomías existentes, entre las que distinguió la municipal, la autonómica, las nacionales de los países que integran la Unión Europea y la universitaria. "Cada una de ellas es consciente del papel que tiene asignado, y su único límite reside en la suma de intereses generales", precisó. El consejero arrancó su discurso con un recuerdo a los 500 años de historia universitaria valenciana, que han permitido que en la Comunidad convivan cinco instituciones académicas públicas. "Cada provincia tiene propuestas diferentes, pero todas ellas conforman un gran sistema universitario", señaló antes de invitar a los presentes a "trabajar" por ese proyecto.
Pitos a Camps en Orihuela
Una veintena de integrantes de la Comisión pro-campus recibió en Orihuela con una pitada al consejero de Educación, Francisco Camps. Los estudiantes desplegaron una pancarta e hicieron sonar los silbatos para evidenciar su malestar por los obstáculos que el Consell pone a la Universidad de Alicante para implantar aulas en el Colegio Santo Domingo. En un improvisado y forzado diálogo con los manifestantes, Camps trató sin éxito de explicar su postura, y su intención de convertir a Orihuela en "una especie de Santiago de Compostela" en lo que a actividad académica se refiere, con la implantación futura de dos licenciaturas. El resultado de la conversación fue un abucheo y gritos de "¡Alicante y Elche!" que reclamaban el cese de hostilidades. "Zaplana nos quita la Universidad en Santo Domingo", se leía en la pancarta, que será desplegada cada domingo en la glorieta Gabriel Miró de Orihuela. Por otra parte, la organización Campus Jove anunció ayer que mantendrá sus movilizaciones contra la política universitaria del PP valenciano. Sus representantes niegan las acusaciones de politización de los actos que celebran, y denunciaron que durante la apertura del año académico en la Universidad de Valencia la policía les llegó a intimidar.
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