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CRISIS FINANCIERA MUNDIAL

La crisis acumula ya un coste equivalente al 2% del PIB mundial

Las crisis financiera asiática y rusa han tenido un coste para la economía mundial de unos 800.000 millones de dólares (unos 120 billones de pesetas), el 2% del producto interior bruto mundial, según afirmó ayer el presidente del Banco Mundial, James Wolfenshon, quien aprovechó para reclamar un papel en el sistema monetario mundial similar al de su institución hermana, el FMI: "No podemos ser un FMI de segunda", señaló.También ofreció otros datos que permiten hacerse una idea de los efectos de la liberalización internacional de los movimientos de capitales. Por ejemplo, que el dinero que opera a corto plazo en los mercados internacionales, es decir, el llamado dinero caliente, por contraposición a las inversiones directas en empresas y con filosofía de largo plazo, asciende a 30 billones de dólares (4.500 billones de pesetas).

La mayor parte de ese dinero, 24 billones de dólares, procede de los países industrializados y, cuando no encuentra oportunidades lucrativas en sus lugares de origen, calienta las economías en desarrollo con entradas masivas, provocando en ocasiones burbujas especulativas en los mercados de cambios e inmobiliarios.

Luego, súbitamente, se retira, como ocurrió en Asia y ha comenzado a suceder en Latinoamérica. Según Wolfenshon, seis de esos billones estaban en Asia. La fuga de capitales en Asia y Rusia ha sido de 120.000 millones de dólares.

Uno de los elementos que centrarán las discusiones de los responsables financieros de todo el mundo, que se reunirán estos días en Washington con ocasión de la asamblea mundial del FMI y de la reunión del G-7, será definir la llamada nueva arquitectura monetaria mundial, de la que forman parte el FMI y el Banco Mundial, encargado de facilitar créditos a largo plazo para inversiones en infraestructuras a los países en dificultades. Además de la presión de este último por ocupar un papel semejante al del Fondo, diversas propuestas como la del primer ministro británico, Tony Blair, plantean la fusión de ambos.

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