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Blair intenta vencer la resistencia paramilitar a la entrega de las armas

Tras el acuerdo de paz en Irlanda del Norte firmado la pasada Semana Santa, con todos sus luctuosos accidentes, lo que falta ahora son manifestaciones materiales de la declarada intención de acabar con los asesinatos. A ese preciso punto se dirigieron ayer los líderes del Reino Unido y las fuerzas políticas que controlan a pistoleros católicos y protestantes reacios a aceptar el proyecto de reconciliación en el Ulster.

El primer ministro británico, Tony Blair, halló ayer un paréntesis en su apretada agenda de la convención del Partido Laborista, que se celebra en Blackpool, para reunirse durante 40 minutos con el líder del Sinn Fein, Gerry Adams, quien dejó claro que la condición previa del desarme no está recogida en el acuerdo de paz del Ulster.Tanto Blair como Adams coincidieron, según sus portavoces, en que el proceso establecido en el acuerdo de Viernes Santo atraviesa un obstáculo importante por la exigencia del líder unionista y ministro principal de la Asamblea del Ulster, David Trimble, de que empiece ya la entrega de armas por parte del IRA. La reunión formó parte de los contactos que Blair está manteniendo durante el congreso anual del Partido Laborista con representantes de los principales partidos políticos del Ulster en un intento de impulsar el proceso de paz.

A su vez, Blair mantuvo ayer una conversación telefónica con David Trimble. Y el mensaje, del primer ministro británico tanto para Adams como para Trimble fue inequívoco: ambos deben utilizar su influencia sobre las milicias rivales para que empiecen a entregar las armas.

Adams y Trimble comparten oficialmente la visión pacifista que tiene e impulsa Blair. Pero sus enfoques de una solución a la cruenta guerra de 30 años que los irlandeses definen eufemísticamente como los problemas permanecen diametralmente opuestos. El Sinn Fein de Adams -el frente político del IRA- dice que la paz es imposible mientras no se repare la fractura de Irlanda a partir de la retirada de los 16.000 soldados británicos acuartelados en el Ulster.

Estimaciones extraoficiales señalan que el IRA y sus equivalentes unionistas mantienen más de 12 toneladas de ametralladoras, pistolas y explosivos.

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