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ELECCIONES EN ALEMANIA

Los dirigentes del SPD dan por hecho que Fischer será ministro de Exteriores

Pilar Bonet

Los dirigentes del Partido Socialdemócrata Alemán (SPD) han aceptado la idea de que el líder de Los Verdes, Joschka Fischer, sea ministro de Exteriores en un futuro Gobierno de coalición, si es que se llega a un acuerdo sobre el programa común, según informaron ayer fuentes bien situadas en el SPD. Esta designación, de llevarse a cabo, estaría en la tradición de que la cartera de Exteriores es ocupada por un representante del partido menor coaligado a uno de los dos grandes partidos alemanes, la CDU /CSU y el SPD.

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En la última coalición gubernamental, el titular de Exteriores, Klaus Kinkel, pertenecía a los liberales (LDP), y liberal era también su predecesor Hans-Dietrich Genscher.Sin embargo, el nombramiento de Fischer conllevaría problemas de dos tipos: por una parte, está la opinión pública internacional, sobre todo estadounidense, que comprende con dificultad cómo puede llegar a dirigir la diplomacia alemana un antiguo luchador antiimperialista forjado en el 68 y perteneciente a un partido que está a favor de la desaparición de la Alianza Atlántica. Por otra parte, están los problemas de desplazamiento en cadena de otros altos cargos socialdemócratas que aspiran a tener un protagonismo en cuestiones de política exterior y seguridad.

Para empezar, Rudolf Sharping, que debería haber ocupado la cartera de Exteriores, de no haber mediado coalición con Los Verdes, tendría que pasar a otro cargo, y tal vez ocupar la cartera de Defensa. Ésta, sin embargo, ha tenido otros pretendientes. El más destacado ha sido Günter Verheugen, el hombre que ha dirigido la política exterior de Gerhard Schröder durante su campaña.

Fischer, hijo de un carnicero de origen húngaro, tiene algunas concepciones básicas de política exterior que coinciden mucho con las del canciller Helmut Kohl, aunque las explica en un lenguaje mucho más intelectual y brillante que éste. En una conferencia organizada en junio por la Asociación de Política Exterior de Alemania, Fischer elaboró las líneas maestras de su política exterior. Según él, Alemania mantendrá también en el futuro la contradicción que ha determinado la política de posguerra entre su "fuerza objetiva y su potencial estratégico" y la "fuerza del recuerdo" del nacionalsocialismo y sus horrores. Por esta razón, Alemania está obligada a seguir manteniendo una política de "autolimitación" y a perseguir sus intereses "de forma indirecta". El proceso integrador europeo, según Fischer, "supone una transferencia de poder del Estado nacional a Europa", y alcanza una nueva calidad con la Unión Monetaria Europea.

Fischer es ferviente partidario de mantener el eje franco alemán y si ocupa la cartera de Exteriores, los franceses que se han mostrado reticentes respecto a Schröder pueden respirar tranquilos. Fischer es un entusiasta de lo francés -en detrimento del Reino Unido- no sólo en el campo de las ideas sino también en el terreno gastronómico y cultural.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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