A la hora señalada
El hombre ya está en la hora señalada, las 10,30 del 5 de octubre. Ese día está citado para declarar como testigo el ex presidente Adolfo Suárez en la operación de los 300 millones. Ayer, día en el que el juicio ha quedado aplazado hasta el próximo lunes, Conde explicó a varios periodistas las presuntas claves, como si se tratase de un juego. Un juego de masacre.El hombre sabe que así como están las cosas, según él mismo ha reconocido, está probada la disposición de los 300 millones de pesetas. Ayer su abogado Juan Sánchez-Calero intentó con fuegos artificiales probar que no hay constancia documental sobre las dos retiradas de caja, en febrero y abril de 1989. Hizo ver al entonces director de la sucursal de la Castellana, Cecilio Alfonso Gutiérrez, que en los diarios de caja no aparecían en esas fechas las dos operaciones individualizadas. Uno de los días aparecen 11 operaciones y otro una operación. Pero no hay retiradas de 150 millones cada una.
Pero no es posible que una sucursal como la de Castellana, con seis ventanillas, tuviera sólo una retirada un día y 11 otro día. Algo debe ocurrir. Fue al final, pasado ya su turno, cuando José Antonio Jiménez, abogado de Banesto, pidió hacer una pregunta a través del propio presidente Siro García al testigo Alfonso Gutiérrez. Le preguntó si no era cierto que en Castellana se producían al día centenares de operaciones de retirada. El testigo dijo que era así. El abogado inquirió si no era más cierto que al final del día se acumulaban las operaciones, sin individualizar en el diario una por una. El testigo contestó que así era. La maniobra de Conde quedó desarticulado in extremis.
Conde juega a dos cosas. A la operación política, con Suárez en medio, y a la prescripción. Si es una entrega, la cosa estaría ya prescrita. Si son dos, no. Conde, pues, intenta mostrar que es una única operación con dos pagos.
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