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EL 'CASO BANESTO'

Conde dice fuera del juicio que Rivas dio al chófer de Suárez 150 millones y Pol entregó el resto

El ex presidente de Banesto Mario Conde dijo ayer en el vestíbulo de la Audiencia Nacional, tras la declaración de Apolonio Paramio Andrés, Pol, su empleado personal, que éste entregó en 1989 una bolsa de 150 millones de pesetas con destino a Adolfo Suárez y que los otros 150 millones fueron entregados por el propio Martín Rivas, entonces director general, al chófer de Suárez, en el garaje del banco, en el paseo de la Castellana. Pol dijo ayer que hizo sólo una entrega en la calle frente a un portal próximo al Palacio de los Deportes. Otro testigo, Cecilio Alfonso, ratificó la versión de Rivas.

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Apolonio Paramio Andrés, conocido por Pol, mantuvo su declaración prestada durante la instrucción del caso Banesto. Este hombre, que sólo recibía ordenes de Mario Conde y que ocupaba un despacho contiguo al suyo, en la planta undécima del paseo de la Castellana, narró al tribunal que un día de febrero de 1989 le llamó Martín Rivas. Pol, que se ocupaba de comprar tabaco, buscar trajes y llevar cartas, según explicó, recibió un encargo. "Martín Rivas me dijo que tenía que llevar una bolsa de parte del presidente", explicó. Nada de esto lo hablo con Conde. "No recuerdo haber hablado nunca con Conde", dijo.El encargo consistía en llevar una bolsa azul de deportes con 150 millones -Pol dijo que nunca supo su contenido- a una dirección, que no recuerda, próxima al Palacio de Deportes de Madrid. "Allí, en un portal, en la calle, en un número que no recuerdo, se presentó una persona, creo que de parte del director general, y me pidió la bolsa. Se la entregué. No tengo ni la mayor [sic] remota idea de quien puede ser". A preguntas del fiscal Javier Sánchez Junco, Pol dijo que esta persona no se identificó.

"Las órdenes que tenía eran entregar la bolsa y volver al banco", dijo. De regreso, según aseguró, no informó ni a Conde ni al propio Rivas que había cumplido el encargo de entregar la bolsa. "El señor Rivas me dijo que regresase al banco una vez hecha la entrega; no tenía que hablar ni con él ni con el presidente", dijo.

El fiscal insistió en la entrega del dinero. "Yo esperé en la calle, en el portal, se acercó una persona a mi después de unos minutos. Yo ya no recuerdo exactamente sus palabras, que venía, dijo, a recoger la bolsa de parte del director general". El fiscal le preguntó si la persona se identificó, a lo que Pol contestó: "No, no dijo nada".

Tras su declaración, Pol, un hombre que trabaja para Conde desde 1982, fecha en que Fernando Garro les presentó, salió al vestíbulo de la Audiencia Nacional. Conde se le acercó y cruzaron una conversación.

Mario Conde parecía muy lanzado. Hablaba alto sin preocuparse de que le escuchasen. Mantuvo con varios periodistas un diálogo sobre la operación, sobre la versión de Pol, la que había hecho Martín Rivas el pasado lunes. Según explicó, nadie decía toda la verdad. Finalmente, a requerimiento de algunos periodistas, de forma bilateral, el ex presidente de Banesto explicó que Pol decía la verdad, que sólo hizo una entrega de 150 millones, porque los otros 150 millones se los entregó Martín Rivas al chófer de Adolfo Suárez en el garaje de Banesto, en el madrileño paseo de la Castellana. Según dijo, si Rivas bajó al garaje fue porque alguien importante le esperaba. Esa persona era el chófer de Suárez que había sido autorizado a entrar al garaje, al que solían entrar clientes conocidos del banco.

Ayer al mediodía, al abandonar la Audiencia Nacional, Conde espetó a Enrique Lasarte, en voz alta: "Nos vamos a reir mucho cuando se sepa quien se quedó con la pasta".

Mientras tanto, el ex director general adjunto, Fernando Falero, declaró ayer que vio a Pol retirar una bolsa de dinero del despacho de Martín Rivas para materializar una de las entregas. Falero dijo que estaba en el despacho de Rivas cuando el director adjunto de la sucursal del paseo de la Castellana, Cecilio Alfonso Gutiérrez, entró con la bolsa al despacho de Rivas. Falero abrió el cierre y vio que estaba repleta de billetes de 10.000 pesetas. Falero insistió en el carácter anormal de la operación y en la preocupación que produjo el hecho en Rivas durante varios años. Falero no conoció la segunda entrega.

Quien sí pudo testificar sobre las dos entregas fue Cecilio Alfonso Gutiérrez, quien mandó comprar las dos bolsas de deportes "con capacidad para 150 millones de pesetas cada una", según explicó, siguiendo instrucciones de Rivas. Fue Alfonso Gutiérrez quien llevó la bolsa por el ascensor del paseo de la Castellana, en febrero de 1989, y acompañó a Rivas hasta el garaje. "Rivas salió con la bolsa, le esperé y segundos después pude ver pasar a Pol con la bolsa", explicó el testigo. La segunda entrega, aquella que sí pudo ver Falero, el testigo Alfonso Gutiérrez no la presenció. "Llevé la bolsa con los 150 millones al despacho de Rivas, allí estaba Falero y me marché", dijo. "Era la primera vez que me ocurría algo semejante. Nunca hice algo parecido".

Adolfo Suárez ya ha negado los hechos durante la instrucción. Según explicó los 300 millones no fueron ni para él ni para el Centro Democrático y Social (CDS), partido que tenía dos créditos en Banesto. El próximo lunes 5 de octubre, Suárez está citado a declarar como testigo. Conde prepara el ambiente.

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