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Raymond Barre alaba el modelo de desarrollo global de Barcelona

Con 20.000 alumnos y más de 1.600 millones de pesetas de presupuesto anual, Formación Continuada Les Heures, que de la mano de la Universidad de Barcelona (UB) fue la primera institución catalana en ofrecer este servicio educativo, inauguró ayer su sexto curso académico con la presencia como conferenciante de Raymond Barre, ex primer ministro francés y actual alcalde de Lyon. El político galo alabó el modelo de desarrollo de Barcelona para afrontar los retos del futuro de las metrópolis.

Para Barre, en las grandes aglomeraciones urbanas se vive en este final de siglo un periodo parecido al del Renacimiento, con todos los cambios profundos que esto supone. "La Era de la Información", dijo, "está suponiendo la supresión de todas las barreras y haciendo que las economías del mundo entero sean interdependientes". El que fuera primer ministro francés bajo la presidencia de Valery Giscard d"Estaign y que ostenta el doctorado honoris causa por la UB explicó el proceso que se está siguiendo en Lyón para que la ciudad afronte en condiciones los retos del futuro. En su opinión, el reto del futuro exige "inteligencia, creatividad e innovación permanente", ya que sólo así se podrá hacer frente a "las mutaciones sociales, culturales y de representación del conocimiento" que trae consigo la sociedad de la información. En este sentido, destacó la importancia de la formación continuada como arma de futuro, porque potencia, dijo, el factor humano, sin el cual no será posible solucionar los desafíos que se plantearán en las grandes aglomeraciones urbanas. Barre considera que hay que adoptar una visión "más equilibrada" del desarrollo. Las grandes ciudades, dijo, están centradas en un proceso de construcción de grandes infraestructuras. "Una vez hecho esto", añadió, "hay que empezar a pensar en las infoestructuras, ya que entramos en una cultura del desarrollo global". La introducción de nuevas actividades económicas o la recomposición del ritmo de la vida cotidiana, del trabajo y del ocio fueron algunos de los objetivos que fijó. Recordó cómo había trabajado en el pasado junto al presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, sobre el proyecto Barcelona 2000, en lo que éste denominaba el arco latino, en el que incluyó a Lyón. Los grandes desafíos de las metrópolis serán, según Barre, mantener una cara humana; revivificar su identidad; repensar la acción pública; refundar la ciudadanía, y poner la economía al servicio del hombre. Todo ello, añadió, debe surgir de la sociedad civil, ya que "la función pública no tiene porque financiarlo indefinidamente".

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