Un saxo de Clinton
Hasta ayer , el Cappuccino estaba tocado por el éxito y la fortuna. Cientos de turistas y residentes frecuentaban sus terrazas y salones a todas horas. Allí se exhibía un simbólico saxofón de Bill Clinton, un instrumento que el presidente de EE UU tuvo en sus manos, pero no llegó a tocar, cuando hace un año acudió a tomar un refresco al local que ya rozaba la espuma de la fama, siempre repleto. El saxo estaba ayer abollado entre los escombros.Mientras el año pasado Clinton, su esposa Hillary y su hija Chelsea permanecían en la terraza del Cappuccino, sus escoltas acudieron a las cocinas del local -allí donde ayer anidó la tragedia- para asegurarse de que las consumiciones de la primera familia estadounidense no eran manipuladas. Durante esta vista, la CNN conectó en directo con todo el mundo. Por su emplazamiento, por el gentío que congrega y, sobre todo, porque está enclavado en una zona que frecuenta la Familia Real, la zona del Cappuccino es peinada periódicamente por la policía.
El bar era frecuentado por los futbolistas del Mallorca. Ayer Xabier Eskurza, ex jugador del equipo isleño, Valencia y Bilbao y Barcelona, ahora en el Oviedo, desayunó en el café minutos antes de la explosión y se salvó por los pelos. En cambio Raúl, portero juvenil del Mallorca resultó herido por la explosión.
El Cappuccino ha generado ingresos millonarios a su propietario, el joven empresario Juan Picornell, quien ayer evitó hacer declaraciones sobre el accidente. Las abultadas cajas del café le han servido para abrir otro en un viejo palacio abandonado en el centro de Palma.
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