Disminuye la "boina" de contaminación sobre Madrid
La boina de contaminación que flota sobre Madrid desde hace décadas se vuelve, año tras año, menos dañina para los ciudadanos. Según los técnicos de la Comunidad, en los últimos 26 años la boina ha sufrido un cambio importante en la composición de sus elementos contaminantes. "El aire que respiramos es cada vez mejor. Hace mucho tiempo que no se producen fenónemos como el que impedía a un peatón distinguir la Cibeles desde Colón. Dada la mejora que se ha producido en el aire, que algo así vuelva a repetirse es prácticamente imposible", explicó ayer Antonio Laín, técnico de la Consejería de Medio Ambiente.Un estudio realizado en 1972 reveló que el dióxido de azufre y las partículas en suspensión eran los principales agentes contaminantes de los cielos de la capital en aquella época. Pero la paulatina sustitución de las calderas de carbón por otras de gas (que no emiten azufre al exterior), la disminución del número de autobuses de gasóleo y la obligatoriedad de que los coches pasen inspecciones periódicas han reducido drásticamente la contaminación. Por ejemplo, en la década de los setenta el número medio de partículas contaminantes en suspensión era de 600 por metro cúbico. Actualmente es muy difícil superar las 60.
Aumento de ozono
No obstante, no todo son buenas noticias. La desaparición del dióxido de azufre y de las partículas en suspensión viene seguida de un aumento en los niveles de ozono y de dióxido de nitrógeno. "Se puede decir que finalmente hemos ganado la batalla a los agentes contaminantes de los años setenta y ochenta", relata Laín, "pero tenemos que comenzar otra guerra con los nuevos contaminantes. Al eliminar los antiguos, al quitar esas capas de contaminación, nos hemos dado cuenta de que hay otras, menos importantes, pero que también están ahí". La aparición de concentraciones excesivas de ozono en Madrid y sus alrededores ha obligado a la Comunidad a establecer una red de detectores de este componente por toda la región. Actualmente existen nueve estaciones de seguimiento, y se espera la apertura en breve de otras seis más.Un exceso de ozono en las capas bajas de la atmósfera provoca alteraciones respiratorias en los individuos. El ozono es una molécula formada por tres átomos de oxígeno. En la estratosfera protege de los rayos nocivos del sol, pero cuando, por efecto del tráfico, se concentra a ras de suelo, es nociva. El ozono se produce cuando los rayos de sol inciden directamente sobre la contaminación de la ciudad.
Laín anuncia que, cuando la contaminación por ozono y dióxidos de nitrógeno sea eliminada o reducida -"estamos en ello"-, es muy posible que aparezcan nuevas capas de contaminación. "Ya estamos notando la aparición de bencenos y aromáticos policíclicos. Ya veremos cómo acabamos con ellos", reconoce.
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