Un hospital dejará morir a un bebé neozelandés pese a oponerse sus padres

Una pareja neozelandesa parece haber perdido en los juzgados la batalla para salvar la vida de su bebé de ocho semanas, cuya supervivencia es inviable según los médicos. Si la sentencia de un juzgado de Auckland filtrada a los medios de comunicación se confirma, los médicos del hospital en cuya unidad de cuidados intensivos está la niña desde que nació podrán retirarle la asistencia artificial que la mantiene con vida.Baby L., cuyo nombre completo se mantiene en secreto para preservar su intimidad, está gravemente enferma y, según los médicos que la atienden, su esperanza de vida es de apenas unos meses: sufre parálisis cerebral, síndrome de Moebius, que afecta a los nervios craneales, y una enfermedad llamada anomalía de Poland, que daña los músculos .

Los médicos comunicaron a los padres que la mejor salida era desconectar los aparatos y dejar morir al bebé, pero ante la negativa de éstos decidieron pedir una autorización judicial. Su postura se vio reforzada el jueves gracias al testimonio de varios especialistas, quienes aseguraron que los esfuerzos del hospital para mantener a la niña con vida no sólo eran inútiles sino que la provocaban tremendos dolores. En su declaración llegaron a calificar el tratamiento de "inhumano".

El juez que lleva el caso todavía no ha dictado sentencia. Pero la publicación del sentido del fallo en varios medios de comunicación da a los padres unos días para buscar una salida. El abogado que les representa, sin embargo, ha fracasado en el intento de encontrar algún caso similar. Nadie tan enfermo como Baby L. ha podido crecer y tener una mínima calidad de vida, admitió.