El Gobierno vasco prevé comenzar en primavera las obras de construcción del tranvía de Bilbao

El tranvía de Bilbao, el primero con el que se volverá a recuperar este medio de transporte en Euskadi, empezará a construirse la próxima primavera, según las previsiones del Gobierno vasco. El Ejecutivo pretende adjudicar los trabajos en el primer trimestre de 1999 para que entre en funcionamiento en el año 2001. Los 4,5 kilómetros del trazado entre San Mamés y la estación del ferrocarril en Atxuri, con un total de diez paradas, se recorrerán en 13 minutos y permitirán mejorar las comunicaciones del deprimido barrio de Bilbao La Vieja y el futuro Abandoibarra.

El alcalde de Bilbao, Josu Ortuondo, y el consejero de Transportes y Obras Públicas, Álvaro Amann, firmaron ayer en el Ayuntamiento el convenio que impulsa definitivamente el proyecto. El Gobierno acarreará con la mayor parte del presupuesto, que, incluidos los convoyes, alcanza casi los 5.000 millones de pesetas. En concreto, los trabajos de infraestructura totalizan 3.400 millones, aportados por el Ejecutivo (2.200), la sociedad de revitalización urbanística Bilbao Ría 2000 (800) y el Ayuntamiento de la capital vizcaína (400). A esta cantidad se unen los 1.500 millones que costarán las unidades de tranvías, asumidos en su integridad por el Gobierno autónomo. El trazado recorrerá, desde el campo de San Mamés, toda el área de Abandoibarra, alcanzará la zona del Ayuntamiento y el teatro Arriaga y, tras atravesar el deprimido barrio de Bilbao La Vieja, culminará en la estación de Atxuri. En este trayecto de 4,5 kilómetros y diez paradas atravesará por tres veces la ría del Nervión. En principio, tendrá vía doble durante la mayor parte del recorrido (de San Mamés a Pío Baroja, junto al consistorio, 2,9 kilómetros) y el resto de la línea hasta Atxuri dispondrá de una única vía, pero con la intención de duplicarla en un futuro. El proyecto prevé que la capacidad de transporte oscile entre las 200 y 250 personas, 60 de ellas sentadas, y la frecuencia de viaje será de 5 o 10 minutos.El tranvía tendrá una vía elástica que evite las vibraciones y los consiguientes ruidos. Dos años de obras Los responsables de Obras Públicas del Gobierno expusieron con más concreciones los plazos de inicio de los trabajos de construcción: se pretende adjudicarlos en el primer trimestre del próximo año, con lo que se iniciarían en primavera. El plazo de ejecución es de 24 meses, por lo que el año 2001 será la fecha de su puesta en funcionamiento. La explotación de la línea será gestionada por el Ejecutivo autónomo. Álvaro Amann reveló, tras apuntar que 53 ciudades europeas han optado por el tranvía, que el Gobierno está decidido a desarrollarlo en otros lugares de Euskadi. "Es un sistema de transporte que no queremos vender, sino implantar", apuntó el consejero, tras valorar sus características de seguridad, ahorro de energía, que sea silencioso y no contamine. "El Gobierno está preocupado desde hace tiempo por el problema del transporte urbano y el tráfico. Por eso, hay que ofertar un transporte público cada vez mejor", señaló el titular de Transportes. Josu Ortuondo recordó que el tranvía se concibió para ofrecer un sistema de comunicación a la futura zona de Abandoibarra y destacó que el proyecto final llegue a una zona humilde como es Bilbao La Vieja. Intermodalidad Junto a ello, el alcalde bilbaíno hizo hincapié en la intermodalidad de este medio de transporte, que posibilita conexiones con las líneas del metro, Renfe, Feve y Eusko Tren, además de la estación de autobuses de Garellano. "Se da una solución global a la demanda de transporte y vamos consiguiendo que el tejido ferroviario de Bilbao se aproveche al máximo". Ortuondo admitió la incidencia futura en las líneas del autobús urbano de la capital vizcaína, Bilbobus, "que deberá adaptarse a la infraestructura ferroviaria para evitar duplicidades". Sin embargo, eludió confirmar la eliminación de líneas: "Algunas tendrán que cambiar de destino". A su juicio, tampoco afectará al gremio de los taxistas, pendiente de un plan de reconversión. "Se verán compensados, ya que se utilizará este servicio para otros usos que ahora no se hacen", señaló tras añadir que la progresiva peatonalización de calles prevista para el próximo año tendrá una importante repercusión en la utilización del taxi.