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Ardanza cree "imprescindible" que la universidad se convierta en "laboratorio de la pacificación"

Naiara Galarraga Gortázar

Ni el lehendakari ni el rector de la Universidad del País Vasco (UPV) pasaron por alto ayer, en la apertura del curso, la tregua declarada por ETA la semana pasada. José Antonio Ardanza expresó que considera imprescindible que la comunidad universitaria, que el curso pasado sufrió en sus propias carnes el acoso de la izquierda radical abertzale, se convierta ahora en "laboratorio de la pacificación". Al hilo del nuevo panorama existente desde el alto el fuego, Pello Salaburu pidió al Gobierno central el acercamiento de los presos de la organización terrorista.

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"Reclamo que traigan a los presos vascos a Euskal Herria lo antes posible", proclamó el rector en referencia clara, aunque no explícita, al Gobierno central. Subrayó que esta medida sería "otro paso en el camino a la paz". El claustro de la UPV ya había aprobado un acuerdo en este sentido después de que lo hiciera el Parlamento vasco, en 1996. Salaburu también aprovechó su discurso para instar a los partidos a que, "sin arrinconar a nadie", demuestren su "aptitud" para "guiarnos en la construcción de esa casa en la que quepa todo el mundo, sin exclusiones". "Esta vez ETA ha hecho lo que tenía que hacer", afirmó el rector en referencia a la tregua que empezó el viernes pasado, e insistió en que ahora estamos en "el día después". Mencionó, no obstante, que el anuncio ha sido acogido con "cautela" y "el necesario margen de desconfianza". El lehendakari, quien por última vez presidió la apertura del curso -celebrada esta vez en Vitoria- ante su inminente retiro de la vida política, abogó porque "las clases, los patios" y todos los rincones de la universidad sirvan para empezar a labrar un clima de reconciliación. Como él mismo recordó, "en los últimos tiempos [las aulas de la UPV] se había convertido también en escenario del clima de tensión del conflicto". En línea con lo acordado por los rectores de las universidades públicas de toda España, Salaburu lanzó durísimas críticas contra el Ministerio de Educación. Atribuyó a la "falta de definición ministerial" el que aún persistan graves deficiencias en la política universitaria. Para demostrarlo recordó, como hizo al abrir el curso pasado, que la inversión universitaria de España es del 1% del Producto Interior Bruto (la riqueza de un país) cuando los países del entorno destinan hasta el 1,5%. Para paliar estas deficiencias, Salaburu reclamó "un gran pacto universitario". Media legislatura después de la llegada del PP al poder, los rectores reiteran: "Es hora" de que "se escuche más la voz de los dirigentes académicos y se exija más rigor para la creación de nuevas universidades". La cuestión del euskera También planeo sobre el acto en varias de sus vertientes la cuestión del euskera, utilizado en los últimos meses como arma arrojadiza por los sectores radicales contra los responsables de la Universidad. Salaburu recordó que la UPV aprobará, este otoño, su segundo plan de euskaldunización. Una vez totalmente implantado, el 80% de las asignaturas obligatorias se podrá estudiar en euskera, además de en castellano. Hoy sólo existe oferta bilingüe en el 54% de las obligatorias. En las optativas, el porcentaje es sustancialmente menor. Los orígenes de la lengua vasca fue el tema elegido por el decano de la Facultad de Filología, Joaquín Gorrochategui, -que la primavera pasada clausuró el centro durante unos días en protesta por el envío de un artefacto explosivo a una administrativa- para la lección inaugural de este curso. Fuera de recinto del evento, una decena de estudiantes exigía una universidad euskaldún. "Sin tregua hasta lograr una UPV euskaldún" proclamaba el cartel que exhibían. Este curso es el primero tras la aprobación de la Ley vasca de Ordenación Universitaria, que, entre otras cosas, pretende optimizar sus recursos económicos y su funcionamiento. De todos modos, aún queda desarrollarla, para lo cual Salaburu confió en que los políticos sean "sensatos".

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Sobre la firma

Naiara Galarraga Gortázar
Es corresponsal de EL PAÍS en Brasil. Antes fue subjefa de la sección de Internacional, corresponsal de Migraciones, y enviada especial. Trabajó en las redacciones de Madrid, Bilbao y México. En un intervalo de su carrera en el diario, fue corresponsal en Jerusalén para Cuatro/CNN+. Es licenciada y máster en Periodismo (EL PAÍS/UAM).

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