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El responsable de Maeso investigó si el anestesista era adicto a los opiáceos

El médico imputado por el brote de hepatitis C no fue expedientado

Un subdirector del centro público en el que trabajaba Juan Maeso, el anestesista imputado por el brote de hepatitis C localizado en Valencia, ratificó ayer ante el juez los testimonios de varias enfermeras que compartieron quirófano con el médico: los rumores sobre supuestas irregularidades del facultativo y su posible adiccion a la droga eran reales e insistentes. No obstante, las averiguaciones realizadas no pudieron corroborar esa teoría.

Ángel Campos, ex subdirector del centro maternal de La Fe, el hospital público en el que se ha detectado la masiva infección, reconoció la apertura de una investigación sobre las actividades de Maeso tras las denuncias de Rosa Ribes. La entonces jefa de enfermería del maternal trasladó a la dirección del centro las inquietudes de algunas de sus compañeras de trabajo, que mostraron su preocupacion por el extraño comportamiento del facultativo durante 1988.Según el personal sanitario, el jefe del servicio de anestesia entraba y salía del quirófano con excesiva frecuencia, mostraba un carácter agresivo en ocasiones y varios de sus pacientes sufrieron postoperatorios marcados por el dolor. Las enfermeras relacionaron este último hecho con un uso escaso o insuficientes de opiáceos.

Campos, responsable del centro de maternal en 1988, investigó, de manera extraoficial, éste y otros aspectos de la actividad profesional del anestesista. Inquirió al servicio de farmacología sobre el gasto de opiáceos, preguntó a varios médicos y enfermeras sobre su actitud en el quirófano e incluso compartió su inquietud con Maeso. Éste negó que sufriera ningún tipo de problema y, por supuesto, que hubiera incurrido en irregularidad alguna en el desempeño de sus funciones.

El responsable del servicio de Maternal cerró la investigación ya que, según su testimonio, carecía de base para continuar las averiguaciones. No hay constancia documental de éstas, porque fueron realizadas al margen de cualquier cauce oficial y no conllevaron la apertura de expediente alguno. Campos olvidó los rumores.

Mutismo total

Los testimonios de un ex director gerente de La Fe, José Antonio Aznar, y otro ex responsable del centro maternal de ese hospital, Juan Francisco Tosca, fueron bastante menos sabrosos. Ambos negaron ser conscientes de los rumores que apuntaban que Maeso era adicto a las drogas, en contra de las afirmaciones realizadas por otros testigos ante el titular del Juzgado de Instrucción número 5 de Valencia.Precisamente, José Manuel Ortega tomará declaración hoy a tres enfermeras que trabajaron con Maeso para descartar o, por contra, ir apuntalando, su hipótesis de trabajo. El último auto del magistrado apuntaba que el anestesista pudo utilizar las jeringas de sus pacientes para suministrarse opiáceos, lo que confirmaría su supuesta adicción a las drogas y explicaría los resultados que le relacionan con más de un centenar de contagios.

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