Txelis dice que seguirá luchando por la paz "con honradez y transparencia"
José Luis Álvarez Santacristina, Txelis, ex responsable del aparato político de ETA hasta su detención en Bidart, en 1992, a quien la dirección de la banda expulsó públicamente el pasado 3 de septiembre, negó ayer haber intentado crear una escisión. En una carta pública, Txelis se defiende de las acusaciones de sus ex compañeros y afirma que ha sido disciplinado y seguirá luchando por la paz con "honradez y transparencia".
"A mi pueblo y, especialmente a la izquierda abertzale". Esos son los destinatarios del texto de Txelis, no más de medio folio escrito en euskera, que abría ayer la sección de cartas al director del diario Euskadi Información que ha sustituido a Egin. El escueto mensaje comienza negando la acusación de haber intentado crear una escisión en ETA."Las preocupaciones que tengo respecto al presente y al futuro de Euskal Herria las he expresado con honradez y transparencia; de forma tan crítica como autocrítica", afirma el ex etarra. "Creo que mi aportación no ha ido en perjuicio de nadie. Al contrario. He sido totalmente disciplinado y esforzado en el propósito de alcanzar para nuestro pueblo una paz basada en la justicia. Siempre he luchado por la libertad de Euskal Herria y así continuaré con libertad y transparencia", añade Txelis desde la prisión francesa donde cumple una condena de diez años.
Desde su detención en 1992 en Bidart, Álvarez Santacristina ha sido un militante activo en la discrepancia con la práctica violenta -una combinación de atentados selectivos y violencia callejera- que él mismo había diseñado mientras estuvo en la ejecutiva etarra. Durante estos años, el ex dirigente expulsado ha escrito numerosas misivas internas dirigidas a sus compañeros de cárcel, en las que defendía la necesidad de que ETA declarara una tregua.
Entre los mensajes enviados por Txelis durante el último año, destacan dos: la carta interna de seis folios que dirigió a sus compañeros encarcelados tras el asesinato de Miguel Angel Blanco, que condenaba sin paliativos. Y la que envió la primavera pasada a la agrupación de asociaciones cristianas vascas reunidas en el Santuario de Aránzazu con el fin de promover iniciativas favorables al acercamiento de los presos de ETA. En ella, Txelis reconocía abiertamente que la persistencia de la violencia dificulta el traslado de los presos y se posicionaba en favor del cese de las armas y de la necesidad de que ETA promulgara una tregua definitiva.
La expulsión de Txelis, anunciada una semana antes de que las organizaciones del entorno nacionalista firmaran la Declaración de Lizarra, fue interpretada en medios radicales como una iniciativa de la dirección en clave interna, destinada a advertir que no se permitirán injerencias ni voces discrepantes en el camino que queda por recorrer.
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