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TREGUA DE ETA

Almunia asume la tesis de abordar el problema de los presos y aplazar la negociación política

La oferta del lehendakari en funciones, José Antonio Ardanza, de abordar pronto medidas de gracia para los presos de ETA y de aplazar hasta el año 2000 la "reflexión profunda" sobre el "problema político vasco" fue recibida ayer con elogios por el secretario general del PSOE, Joaquín Almunia. En cambio, el ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, rechazó la posibilidad de modificar la política penitenciaria. La diferente reacción puso de manifiesto la falta de sintonía entre los dos principales partidos que, en teoría, comparten diagnóstico sobre la situación. Para Almunia, la propuesta de Ardanza es "muy acertada". Para Mayor Oreja, el PNV pretende "desviar la atención" con esa oferta.

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Almunia no tuvo empacho en calificar de "sustancialmente democrática" la propuesta de posponer hasta el año 2000 la negociación sobre el autogobierno vasco y sugirió al presidente José María Aznar que "tome rápidamente la palabra" a Ardanza para que todos los partidos democráticos la hagan suya.El secretario general de los socialistas argumentó que la oferta del lehendakari coincide con el planteamiento fundamental de los socialistas: la necesidad de separar -no sólo en contenidos e interlocutores, sino también en el tiempo- el diálogo por la paz, que podrá incluir el acercamiento de presos etarras al País Vasco y hasta algunas excarcelaciones, de la negociación de cuestiones políticas. "Ningún debate político se puede realizar bajo la amenaza de las armas", afirmó.

El líder socialista ya comentó el lunes tras hablar con Aznar: "De forma unilateral se puede y se debe utilizar la política penitenciaria como forma de distensión".

Frente a la "claridad" de Ardanza, Almunia criticó la "confusión" de otros dirigentes del PNV, que mezclan el abandono de la violencia con una reforma de la Constitución "que la mayoría de los ciudadanos de este país ni se plantea". Aunque eludió criticar a Aznar, con quien se reunió el lunes en La Moncloa y ayer mismo, durante 10 minutos, en el Congreso, recordó que "del Gobierno hay que esperar no sólo contestaciones a lo que dicen sus socios parlamentarios, en este caso el PNV, sino también que adopte decisiones".

[En contradicción con Almunia, el responsable de Política Autonómica del PSOE, Ramón Jáuregui, calificó ayer de "sectario" al lehendakari, en declaraciones a Catalunya Ràdio, por plantear, aunque sea en el año 2000, que se renegocie el modelo vasco.]

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La respuesta de Mayor a la oferta de Ardanza fue una descalificación en toda regla. Pidió al PNV que "no desvíe la atención, que explique a la sociedad vasca el contenido de los acuerdos a que ha llegado con HB, y los compromisos, insinuaciones o planteamientos que les hicieron". "Que no digan que el Gobierno tiene que explicar algo, los que tienen que explicarse son los del PNV", afirmó Mayor tras recordar que ETA emplazó a dicho partido, y no al Gobierno, en el comunicado de tregua.

"No sé qué va a pasar en el 2000 o en el 2001. Lo importante es lo que va a pasar el 25 de octubre", dijo el ministro. A su juicio, el verdadero objetivo de la propuesta de Ardanza es "desdramatizar" la cita con las urnas.

Mientras el PNV, al menos en sus declaraciones públicas, propone aislar el proceso de paz de la campaña electoral, Mayor insiste en que las próximas elecciones vascas son "trascendentales", ya que los ciudadanos deben optar "entre el camino de la aventura o el patrimonio común construido en 20 años de democracia": la Constitución y el Estatuto de Autonomía. La afluencia a las urnas será un elemento "clave", en opinión de Mayor, pues si los vascos acuden a votar en el mismo porcentaje en que lo hacen habitualmente en las elecciones generales, muy superior al de las autonómicas, "más de uno puede llevarse una sorpresa".

El ministro calificó de "error" la apuesta del PNV por la autodeterminación, plasmada en la Declaración de Lizarra (Estella), de la que dijo que "consolida un frente nacionalista que provocará un frente en sentido contrario". En una entrevista en Canal + insistió en que con ese frente nacionalista el PNV busca "sustituir el Pacto de Ajuria Enea por el de Estella y dar el giro sustancial que solicitaba ETA en su comunicado", por lo que corresponde a los nacionalistas vascos explicar "el acuerdo formal" al que ha llegado con HB.

Ante la petición de Ardanza de que el Gobierno haga gestos de distensión -acercando a los presos de ETA a cárceles del País Vasco y liberando a los enfermos y a los que hayan cumplido tres cuartas partes de su condena-, insistió en que la política antiterrorista, incluida la penitenciaria, no cambiará hasta después del 25 de octubre.

Mayor recordó que ha sido ETA la que intencionadamente ha anunciado el alto el fuego a un mes de las elecciones, por lo que debe esperarse hasta que hablen los ciudadanos vascos. "No veo ninguna necesidad, salvo que sea para confundir a la sociedad, de hacer gestos que en estos momentos no servirían para nada".

El portavoz del PNV en el Congreso, Iñaki Anasagasti, pidió a Mayor que "se calle" y deje que hablen Aznar y Arzalluz, que están citados el martes.

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