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Los peatones que corran o salten por la calle "molestando" serán multados con 5.000 pesetas

Antonio Jiménez Barca

Atención. El peatón que a partir del 1 de octubre corra, salte o circule "de forma que moleste a otros usuarios de la vía" que vaya con ojo. Si la Policía Municipal le descubre, podrá ponerle una multa de 5.000 pesetas. Otro tanto sucederá con los que esperen el autobús fuera de la acera o la parada. Éstas son sólo dos de las 86 nuevas multas contenidas en la ordenanza de Circulación de Madrid. Esta normativa, además, incrementa las sanciones para los conductores temerarios (de 25.000 a 50.000 pesetas ), para los que se pican (de 25.000 a 50.000) o para los amigos de saltarse semáforos en rojo (de 15.000 a 25.000).

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La nueva y peculiar ordenanza de Circulación, que entrará en vigor el 1 de octubre, constituye la miniconstitución madrileña para que circulen por la calzada los coches y para que caminen por la acera los peatones. Los técnicos municipales han trabajado durante más de un año para redactar el texto y más de tres meses para elaborar la cuantía de las sanciones. Hay un total de 200 multas. De ellas, 86 son nuevas. Algunas son meros y confusos desdoblamientos de otras ya existentes (por ejemplo, la conducción temeraria y negligente se separa) y otras constituyen auténticas sorpresas. Éstas son las novedades más importantes:Peatones agresores. El concejal de Circulación, José Ignacio Echeverría, fue ayer explícito al referirse a los que se desplazan por su propio pie: "Tendrán nuevos derechos pero también nuevos deberes". Entre estos últimos se cuenta el de no "correr, saltar o circular de forma que se moleste a otros usuarios de la vía". O el de esperar al autobús "fuera de refugio o acera". Por cualquiera de estas actividades la Policía Municipal podrá imponer multas de 5.000 pesetas. Que nadie se engañe. El Ayuntamiento lo va a llevar a la práctica, aunque no en todas las calles: "Si alguien va corriendo, por ejemplo, en la calle Mayor, tendrá su multa", aseguró ayer el edil. Se encarece el cruzar la calzada por lugares no permitidos (de 3.000 pesetas a 5.000) y desplazarse en monopatín o patines propulsado por un vehículo (de 10.000 a 14.000). Si el del monopatín circula por la acera por sí mismo la multa, teóricamente, no le sorprenderá demasiado, ya que su cuantía será la misma que la de ahora: 5.000 pesetas. Otras sanciones nuevas: "Cruzar una glorieta sin adoptar las debidas precauciones" o, "cruzar por un cruce con semáforo sin que la señal luminosa lo autorice" o "subirse a un vehículo en marcha" se traducirá en un desembolso de 5.000 pesetas para el que va andando.

Peatones agredidos. La ordenanza también protege a los peatones de los que van al volante: aparcar en una zona exclusiva para viandantes le costará al infractor a partir del 1 de octubre 25.000 pesetas (ahora son 10.000); y plantar el vehículo "obstaculizando gravemente el tráfico de vehículos o peatones" se incrementa de 10.000 a 25.000 pesetas.

De películas y caballos. El capítulo VII de la normativa es uno de los más sorprendentes: uno de los nuevos puntos se ocupa del rodaje de películas "o similares". Quien lo haga sin la preceptiva licencia le caerá una multa de 25.000. Igual cantidad tendrá que pagar quien organice "pruebas deportivas sin autorización en la vía pública". Echeverría especificó que esto no va "evidentemente" contra los niños que juegan en la calle al fútbol. Por primera vez se sanciona expresamente a los que conducen un carro de caballos: si se transportan mercancías la multa será de 10.000 pesetas; si en el carro viajan personas, de 25.000.

Despejar el carril-bus. Uno de los objetivos de la nueva ordenanza, según aseguró ayer el concejal de Circulación, es el de despejar los carriles-bus, desterrar la doble fila y acabar con el mal aparcamiento indiscriminado. El que tiene por costumbre dejar el vehículo en un carril-bus colocando las luces de emergencia como excusa va a tener que pagar 10.000 pesetas a partir de octubre. La sanción actual no pasa de 3.000 y además, según reconoció ayer el edil "no se suele aplicar". "Por lo general, si está la policía, le dice al del coche que se vaya de ahí y así acaba todo", explicó Echeverría. Esto se va acabar el mes que viene si los planes del concejal se cumplen. Un deseo de Echeverría pasa por que "se potencie el transporte público". Y una manera consiste en conseguir que el carril-bus sea de verdad un carril-bus y no uno donde aparcan o paran los automóviles. Si un coche que ha parado en un carril reservado para autobuses está detenido más de dos minutos, según el Código de la Circulación, ya no está "parado" sino "estacionado". El cambio de estado también se refleja en la ordenanza con sus pertinentes repercusiones económicas: la multa ascenderá a 20.000 pesetas, 6.000 más que ahora.

Guerra a la doble fila. El Ayuntamiento también intentará que algunas zonas de la capital, sobre todo en el centro, se liberen de la invasión de la doble fila. "Aparcar en doble fila con conductor", infracción que ahora se paga con 5.000 pesetas, acarreará una multa de 10.000. Si esto se hace en vía preferente (un conjunto de calles que, por la cantidad de tráfico que soportan, ostentan un rango superior), la sanción se elevará a 15.000 pesetas. Sólo dejar el coche en doble fila sin conductor costará lo mismo que ahora 15.000 pesetas si es vía normal y 20.000 si es preferente. Existe una razón: "A ése se lo llevará la grúa, con lo que no está bien, encima, cargarle con más", explican los técnicos municipales. Rescatar el coche de la grúa cuesta actualmente 16.000 pesetas.

Contra el temerario, 50.000. El edil de Circulación ha repetido simpre que estaba dispuesto "a meter en cintura" a los que circulen de forma irresponsable. "Esto, junto con el alcohol, es causa de muchos accidentes de tráfico", razona. Curiosidad: "conducir de forma temeraria" se pena con 50.000 pesetas, la más alta sanción posible. Hacerlo "de forma negligente", sólo con 25.000. El cuadro de las multas no especifica dónde acaba lo uno y empieza lo otro. Diferenciarlo será criterio particular del policía.

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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