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TREGUA DE ETA

Ardanza propone demorar hasta el año 2000 la negociación "profunda" sobre Euskadi

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El lehendakari José Antonio Ardanza reclamó ayer al menos 17 meses de compás de espera antes de entrar en la "reflexión profunda" sobre el "problema político vasco". Ardanza cree que es necesario dejar pasar las elecciones previstas para este año y el siguiente y aprovechar ese tiempo para que "todos los partidos" dialoguen entre sí y aborden una fase de negociaciones cruzadas de la que no excluye el contacto directo entre el PP y HB. Ese año largo debería servir, según el lehendakari, para consolidar el alto el fuego y dar así confianza a una de las partes. Pero al mismo tiempo, también debería servir para otorgar medidas de gracia a los presos etarras, lo que permitiría trasladar asimismo la confianza al otro bando.

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El Gobierno vasco saludó ayer formalmente desde Vitoria la tregua de ETA como "un hecho de primera magnitud y enorme trascendencia", porque, en su criterio, la organización terrorista "muestra una sincera voluntad de abandonar definitivamente" la violencia, lo que permite iniciar el diálogo previsto en el punto 10 del Pacto de Ajuria Enea. Simultáneamente, y en esta misma sintonía, un Ardanza eufórico se despedía en Bruselas como presidente del Gobierno vasco, cargo al que no opta en las elecciones del próximo 25 de octubre.Desde esa posición de relativa neutralidad que le ofrece un horizonte sin responsabilidades de Gobierno, el lehendakari dibujó en rueda de prensa las líneas maestras que debe tener la pacificación de Euskadi. A su juicio, "el alto el fuego de ETA es irreversible". ¿Por qué? "Porque hasta ahora ETA nunca había tomado una decisión de este tipo; sólo había lanzado una tregua de una semana y había pactado una tregua en el proceso de Argel. Hoy estamos ante un alto el fuego sin límites, indefinido, unilateral y sin condiciones", argumentó. "Estamos ante una situación completamente nueva e irreversible. Es una decisión definitiva, de decir adiós a las armas definitivamente", enfatizó.

Ahora hay que conseguir "la paz social", dijo, y para eso primero hay que aumentar la confianza de todas las partes en el proceso. Hace falta que todos se convenzan de las buenas intenciones de los demás. Y para eso hace falta tiempo y evitar obstáculos. Por eso propuso dejar pasar primero las elecciones vascas (25 de octubre), las autonómicas, municipales y europeas de junio de 1999, y probablemente también las elecciones generales, por lo que situó el horizonte de la "reflexión profunda" hacia "enero o febrero del año 2000".

"Pero eso no significa que no tengamos que hacer nada mientras tanto", subrayó. Lo primero que hay que hacer es consolidar el alto el fuego ("todo será diferente después de un año sin disparos"), y también dar confianza a los seguidores de ETA con medidas de gracia. Entre éstas citó "el acercamiento de los presos a cárceles del País Vasco y la excarcelación de quienes hayan cumplido dos tercios de su condena o estén enfermos".

Ese tiempo se ha de utilizar también "para que todos los partidos se vayan situando a través de conversaciones cruzadas, porque la necesaria discreción ha cogido a mucha gente con el pie cambiado, lo mismo en el PP que en el PSOE, y HB y también en Jarrai". También Herri Batasuna y el Partido Popular han de hablar entre sí, aseguró, "aunque les va a costar mucho".

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Ardanza situó ese diálogo en el marco del Parlamento vasco y dio por descontado que HB realizará una actividad parlamentaria absolutamente normal en la próxima legislatura. "Si las armas han callado, HB será un partido con la fuerza que le den los votos, sin más ni menos fuerza que sus votos. Le va a costar a HB. Va a haber una dificultad mutua de hablar con el PP, pero cuanto antes hablen, mejor. Cuando en un nuevo parlamento hagan política, las conversaciones cruzadas serán la tónica".

El punto 10 del Pacto

Mientras Ardanza se despedía en Bruselas, el Gobierno vasco daba a conocer en Vitoria una declaración, leída por su portavoz, Mari Carmen Garmendia, en la que se subraya que la tregua llena las condiciones requeridas en el punto 10 del Pacto de Ajuria Enea, por lo que a partir de ahora debe intensificarse el diálogo entre los partidos en busca de confianza recíproca.Garmendia llamó a todos los responsables políticos, y en especial "a los que han apoyado la violencia de ETA", a intensificar los procesos de diálogo abierto y flexible "para crear confianza mutua" y obrar con "extremada sensatez".

El gabinete Ardanza, que se reunió ayer presidido por el vicelehendakari, Juan José Ibarretxe, daba así su respaldo corporativo a unas declaraciones efectuadas el viernes por el propio Ardanza, en las que indicaba que el punto 10 del Pacto, firmado el 12 de enero de 1988, "se ha puesto en vigor en estos momentos". El punto 10 supedita el apoyo de los partidos firmantes a procesos de diálogo entre los poderes del Estado y la organización terrorista a que ésta deje manifiesta una clara voluntad de poner fin a la violencia y adopte actitudes "inequívocas" que pudieran conducir a esa convicción.

La apreciación acerca del cumplimiento de las condiciones contenidas en ese punto, que abriría la puerta al diálogo, diferencia la valoración del Gobierno vasco respecto a la efectuada por el Gobierno central, cuya opinión es que la voluntad "inequívoca" de ETA sólo quedará de manifiesto cuando entregue las armas.

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