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Una reyerta termina con la muerte a puñaladas de un joven de 20 años

La última víctima de la violencia urbana cayó asesinada con saña cuando amanecía. Antonio Carretero Pérez, de 20 años, falleció ayer a las 7.15 horas tras recibir nueve puñaladas en el pecho, el estómago y el brazo. La agresión ocurrió en la plaza de Vázquez de Mella, en pleno centro de Madrid, después de que la víctima y sus dos agresores iniciaran una discursión en un bar y la prolongaran como riña, más acalorada, en la calle.Según la versión policial, Antonio Carretero, un amigo y dos chicas se encontraban en un pub de la calle de San Bartolomé (Centro). El amigo de la víctima se dirigió a otro cliente, un magrebí de unos 18 años, al que dijo conocer por haber hecho el servicio militar en Ceuta. Al chico norteafricano le molestó que le reconocieran, según la citada fuente. A partir de ahí comenzó una discusión en el interior del local, repleto de gente y con la música bakalao a todo volumen.

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Antonio, su amigo y el joven reconocido salieron del bar para proseguir la discusión en la puerta. A la riña se sumó otro joven magrebí, de unos 20 años, según han declarado los testigos. Tras alejarse decenas de metros del local hubo otro cruce de palabras que desembocó en golpes entre Antonio y el magrebí del bar. Este último sacó un machete.

Entonces, uno los dos norteafricanos asestó las nueve puñaladas a Antonio Carretero en menos de 20 segundos, según la Jefatura Superior de Policía. La misma fuente confirma que el agresor llevaba un machete con una hoja de más de veinte centímetros. El otro implicado, que se sumó a la riña en apoyo a su paisano, iba armado con un revólver, según los testigos. Antonio se derrumbó ensangrentado. Los médicos del Samur intentaron reanimarle durante media hora sin éxito. "El muchacho tenía el pecho destrozado y lleno de puñaladas", indicó uno de los facultativos. El amigo de Antonio Carretero también recibió una cuchillada en el cuello al tratar de defender a su compañero. La herida fue de pronóstico leve.

Los supuestos implicados huyeron en dirección contraria a la Gran Vía, según declararon varias personas que se cruzaron en su camino.

El amigo del fallecido y las dos chicas que les acompañaban acudieron ayer a las dependencias del Grupo de Homicidios de la Policía Judicial para intentar identificar a los presuntos agresores. Por la fiereza y la sangre fría que mostraron, se sospecha que puede tratarse de dos delincuentes habituales. Los agentes también interrogaron a los clientes y camareros del pub de la calle de San Bartolomé donde se inició el altercado. La Delegación de Gobierno confía en detener pronto a los agresores.

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El otro joven magrebí, supuestamente armado con un revólver, no participó en la pelea, aunque mostró el arma con la intención de asustar a Antonio, según señaló un camarero de un bar de la calle de las Infantas. "El chico magrebí mayor sacó un revólver pero no disparó, aunque metía el dedo en el gatillo en plan amenazante y apuntaba a un chico", afirmó.Varios amigos del fallecido se reunieron ayer en en poblado de casitas bajas del distrito de Fuencarral. Allí aseguraban que Antonio, conocido como El Tote, era un chico "pacífico". "No era habitual que se metiese en líos", comentó uno de ellos. "No es por nada, pero es que al Tote no le iban las broncas, al revés, trataba de evitarlas", señaló otro amigo.

El fallecido, que trabajaba como camarero en un establecimiento de la calle de Fuencarral desde hace dos años, tuvo antes un empleo en una fábrica. El entierro de Antonio Carretero se celebrará hoy. Ayer, su familia no quiso hablar de lo ocurrido.

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