Emilio Álvarez Canossa
El pasado mes de julio falleció en Francia un español que, como tantos otros, no tuvo en nuestro país el reconocimiento que mereció su excepcional trayectoria vital. Se llamaba Emilio Álvarez Canossa, se le conoció desde muy joven como Pinocho, y fue uno de esos olvidados que sufrieron el exilio pero que no se rindieron, y continuaron la lucha contra el nazismo en casi todos los frentes de la Segunda Guerra Mundial.Pinocho era un madrileño de Chamberí, miliciano de primera hora, y llegó por propios méritos a mandar un batallón en la 46ª
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División del Ejército Popular tras ser herido gravísimamente en numerosas ocasiones, entre ellas durante el paso del Ebro. Tras pasar a Francia y visitar como prisionero el infame castillo de Collioure, se hizo minero hasta que decidió tomar nuevamente las armas como partisano en la resistencia francesa. Entre 1943 y 1944, protagonizó la lucha contra el ocupante en la zona de Dordogne, realizando una larga serie de acciones, algunas verdaderamente heroicas, y sufriendo nuevas y graves heridas en combate. La República Francesa, en atención a su valor y a su entrega, le condecoró y le hizo Caballero de la Legión de Honor.
A finales de 1944 participó en la desdichada invasión del valle de Arán, en la que mandó la Brigada 471 y cuyo repliegue ordenó a despecho de los responsables de aquella equivocada aventura. Tras su ruptura con el PCE se quedó definitivamente en Francia, donde volvió a ser minero y concejal socialista en su lugar de residencia.
No es una historia única, hubo otros héroes como Pinocho que se han ido desvaneciendo en el tiempo sin que en España hayan sido objeto del reconocimiento que merecen. Aún sobreviven algunos, pero sólo se hablará de ellos en su correspondiente necrológica, si es que la tienen, y no será dentro de mucho. Decía Manuel Azcárate en Derrotas y esperanzas que, en lo que se refiere a la guerra civil, la memoria histórica de los españoles está mutilada por las conveniencias de una ideología oficiosa que considera una "horrible matanza entre españoles" a lo que fue la primera batalla contra el fascismo. Tenía razón, porque, entre otras cosas, los españoles que más hicieron por la Europa que ahora conocemos siguen siendo los grandes olvidados de nuestra democracia. Es de esperar que alguien haga algo por remediarlo.- Madrid.
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