La oposición de Albania convoca nuevas protestas
La calma reinaba ayer en Albania, tras los disturbios de los días pasados, mientras que policías, enmascarados con capuchas negras, controlaban los accesos a la capital para impedir la entrada de armas. La jornada de hoy puede ser una piedra de toque sobre la capacidad de movilización de Sali Berisha y su Partido Democrático, que han convocado una manifestación por la mañana.
Se cumplen hoy siete días del asesinato del político del Partido Democrático Azem Hajdari. Esta fecha coincide, además, con el primer aniversario de un ataque que sufrió Hajdari en el Parlamento albanés, cuando le golpeó un adversario del Partido Socialista.El Parlamento, donde el Partido Socialista del primer ministro Fatos Nano cuenta con abrumadora mayoría, se reunirá hoy para estudiar la posibilidad de levantar la inmunidad a Berisha. La comisión parlamentaria encargada de retirar el fuero al líder populista conservador remitió el asunto al pleno, donde la decisión no debe tropezar con más dificultades que la oportunidad política de dar o no a Berisha la ocasión de representar a tope el papel de mártir. El jefe del Gobierno ha acusado al líder del Partido Democrático de planear un golpe de estado. Berisha ha calificado la acusación de Fatos Nano como de pura "fantasía".
Ayer, en un acto que era una especie de mítin y conferencia de prensa, transmitido desde la sede del Partido Democrático por altavoces a la calle, donde se encontraban unos 300 seguidores, Berisha continuó con su campaña de agitación y ataques contra el primer ministro, a quien acusa de querer restablecer una dictadura comunista en Albania.
En tono exaltado, a ratos en albanés, otras veces en inglés y de vez en cuando en francés, Berisha gritaba que el consejo del Partido Socialista de Fatos Nano, decidió actuar en su contra y levantarle la inmunidad. Según Berisha, Nano se ha convertido en fiscal general al acusarle de ser el cabecilla de un intento de golpe de Estado y de terrorismo. Tras referirse a la decisión más importante de su vida, cuando decidió oponerse a la dictadura comunista en Albania, sin tener en cuenta las consecuencias para él y su familia, aseguró Berisha que hoy se siente más conectado todavía con el pueblo albanés. Después apeló a que los albaneses conserven la calma y se sumen a un movimiento no violento popular.
Por la mañana, unos 2.000 seguidores de Berisha recorrieron la plaza central de la capital albanesa y dieron vueltas en torno al monumento al héroe nacional Skandenberg, que ganó 25 batallas contra los turcos. Entre los manifestantes aparecían algunos con banderas de Estados Unidos y de la Unión Europea, así como la roja con el águila bicéfala de Albania y las azules del Partido Democrático.
[Entretanto, los países europeos están considerando la posibilidad de enviar una importante delegación ministerial a Albania en los próximos días. La misión de los enviados europeos sería la de buscar fórmulas que permitan poner fin a la violencia que se registra en el país balcánico, declararon ayer fuentes oficiales griegas, según Reuters.]
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