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EL 'CASO LEWINSKY'

Clinton protegió su intimidad, según los abogados

Los letrados del presidente recalcan que su conducta con Lewinsky no constituye ni un serio crimen ni una fechoría

"El presidente ha reconocido que engañó a su familia, sus colaboradores y el país sobre la naturaleza de su relación con la señorita Lewinsky y ha presentado sus excusas y pedido perdón", subrayó la réplica al informe de Kenneth Starr elaborada por el equipo de abogados de Bill Clinton que encabeza David Kendall. Esa réplica, que ayer fue actualizada una vez conocido el texto acusatorio del fiscal independiente, añade: "Sin embargo, este error personal no puede ser elevado a la naturaleza de un delito susceptible de destitución. Las acusaciones relativas a una conducta privada -en particular una conducta sexual privada- no constituyen graves delitos ni fechorías".

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,Los abogados insisten en que los hechos acumulados por Starr no están probados y recuerdan que durante los ocho meses en los que el fiscal desarrolló su investigación ante el gran jurado del caso Lewinsky la defensa de Clinton no tuvo oportunidad de interrogar a los testigos y examinar las pruebas. La réplica de 78 páginas presentada el viernes por los abogados del presidente fue actualizada ayer, una vez que éstos leyeron y analizaron los hechos y las acusaciones acumuladas por Starr.Los abogados -a los que Clinton ha encargado "una vigorosa defensa"- hacen un ataque político a Starr. Critican que ampliara al caso Lewinsky -"un asunto privado"- su investigación inicial sobre la posible implicación del presidente en el escándalo inmobiliario Whitewater.

Tras cinco años de investigación sobre Whitewater y unos 40 millones de dólares (unos 6.000 millones de pesetas) del dinero de los contribuyentes gastados, Starr reconoce en su informe al Congreso que no ha encontrado en ese terreno nada de lo que acusar al presidente. Pero Starr recuerda que fue expresamente autorizado a husmear en el caso Lewinsky por un miembro del Gobierno de Clinton -la fiscal general Janet Reno- y un tribunal federal compuesto por tres jueces.

Starr es atacado por Kendall y sus colegas por haber incluido en su informe cantidad de detalles sexuales escabrosos. Esos detalles, que proceden casi en exclusiva del testimonio de Lewinsky, "sólo pretenden humillar al presidente". Pero varios congresistas republicanos insistieron ayer en que la inclusión y difusión de esos detalles ha sido "dolorosamente necesaria" dada la insistencia de Clinton en que no tuvo relaciones sexuales con la becaria. En el terreno de las acusaciones concretas, los abogados insisten en que el presidente no cometió perjurio, no coaccionó a testigos, no obstruyó la acción de la justicia y no abusó de su poder. En su informe, Starr presenta 11 acusaciones concretas correspondientes a esos cuatro presuntos delitos. Clinton, dicen sus abogados, no cometió perjurio el pasado 17 de enero al negar ante los abogados de Paula Jones haber sostenido relaciones sexuales con Lewinsky. Insisten en la tesis del presidente de que, como no hubo penetración, no hubo relaciones sexuales. Y se basan, como en el pasado, en la definición de relaciones sexuales contenida en el caso Paula Jones que no menciona de modo explícito el "sexo oral".

Por eso, dicen los abogados, el presidente tampoco cometió perjurio cuando en su declaración televisada ante el gran jurado del 17 de agosto insistió en que "desde el punto de vista legal" no mintió en enero ante los abogados de Paula Jones. Ése, subrayaban ayer los analistas legales de los medios de comunicación de EE UU, es el punto más débil de la defensa de Clinton. Starr ha aportado al Congreso el análisis de los laboratorios del FBI que afirma que el semen encontrado en el famoso vestido azul de Lewinsky se corresponde al ADN del presidente.

El Comité de Asuntos Judiciales de la Cámara de Representantes, que debe estudiar el informe de Starr y decidir si sus acusaciones son verosímiles y constituyen esos "graves delitos y fechorías" susceptibles de comenzar un proceso de destitución del presidente, va a tener que discutir en los próximos meses la peregrina cuestión de si la felación constituye o no un acto sexual. Los abogados de Clinton niegan la posible coacción a testigos y obstrucción a la justicia. Dicen que, en enero, cuando Clinton habló sobre Lewinsky en la Casa Blanca con su secretaria Betty Currie, no la presionó porque no sabía que ella iba a terminar siendo citada por Starr ante el gran jurado. Añaden que el presidente no le pidió a Currie que recogiera los regalos que él le había hecho a Lewinsky; niegan que Clinton intentara encontrarle un trabajo a Lewinsky para comprar su silencio, y aseguran que nunca le pidió ni siquiera recomendó que prestara falso testimonio.

Declaración engañosa

La defensa insiste en que no hubo obstrucción a la justicia cuando Clinton permitió que sus colaboradores en la Casa Blanca hicieran declaraciones públicas afirmando que el presidente no sostuvo relaciones sexuales con Lewinsky. "Si dejar que los colaboradores repitan una declaración engañosa es un delito, entonces muchas figuras públicas serían culpables del mismo", dice la réplica del equipo legal del presidente."La simple realidad", concluyen los abogados, "es que a la Cámara de Representantes se le ha planteado el caso de los esfuerzos de un hombre por mantener en privado una relación inadecuada".

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