Una treintena de poetas constata el buen estado de la lírica en las distintas lenguas españolas
La poesía vive un periodo fecundo en España, tanto por el nivel de creación como por la audiencia de la que disfruta y la diversidad y pluralidad de estilos, tendencias y voces que coexisten en el panorama poético. Así se desprende de los debates y ponencias que han sostenido durante tres días en la localidad de Pendueles, en el municipio asturiano de Llanes, la treintena de poetas y críticos participantes en los XIV Encuentros Literarios de Verines, dedicados al El estado de las poesías en las distintas lenguas españolas.Esa heterogeneidad de tendencias y estilos se percibe como un valor a preservar. Es más, los poetas jóvenes (Diego Poncel, Pablo García Casado, Olvido García Valdés...) han expresado en Pendueles su rebelión frente a los afanes nominalistas y encasilladores de las etiquetas para definir a priori un presente poético en ebullición.
Junto a este debate -que no estuvo exento de alguna irritación frente a críticos y antólogos, que pretenden encuadrar a los jóvenes poetas en cuatro tendencias: poesía de la experiencia, de la diferencia, figurativa y neorrealista-, el otro gran elemento de polémica lo suscitó la intervención del poeta Guillermo Carnero, quien defendió la vigencia del modelo estético y del discurso poético de los novísimos -colectivo en el que se incluye-, no ya con la actitud beligerante con la que nació hace 30 años como reacción frente a la poesía de los cincuenta y los sesenta, pero sí como "aportación relevante e históricamente irrenunciable en la poesía de la segunda mitad del siglo XX". En su opinión, los novísimos, en tanto que grupo, aportaron caracteres ya insoslayables para la poesía, como el culturalismo, la reflexión y el contacto y diálogo con la tradición.
En el transcurso de las jornadas, que se clausuraron ayer, hubo práctica unanimidad en juzgar como muy favorable el presente de la poesía en España. El catalán Vicenç Llorca sostuvo que "la poesía parece haber tomado aire en la década de los noventa. Todo indica que al finalizar el siglo XX está en condiciones de ser el espacio en el que se resume el mito humano". Para Diego Jesús Jiménez, la actual "afluencia de gente joven hacia la poesía" se debe a su valor como "refugio" porque "en la poesía la palabra se utiliza con una intención más honesta" que en otros ámbitos. También Olvido García Valdés cree que hay que empezar a revisar el concepto de que la poesía es "un gueto y lugar de resistencia ético y estético".
Las colecciones populares de libros, el éxito de los recitales y festivales y la buena acogida de los discos compactos de poesía estaría constatando, a juicio de los autores, un resurgir poético. José Hierro afirmó al respecto: "La poesía gusta, se venda o no. Pero leer poesía es como leer una partitura".
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