La Diputación opta por construir una carretera bajo la ría en Leioa con dos calzadas superpuestas
La Diputación de Vizcaya construirá una carretera bajo la ría del Nervión en Lamiako, en el municipio de Leioa, y descarta así levantar un puente nuevo. El estudio geotécnico encargado ha confirmado la viabilidad del túnel subterráneo, que llegará a discurrir 25 metros por debajo de la ría y tendrá un coste de 17.000 millones. El departamento de Obras Públicas ha seleccionado tres alternativas, pero se ha decantado por la más novedosa y barata: un único túnel con dos calzadas superpuestas de dos carriles. La vía será de peaje y sus obras no empezarán antes del 2000.
El estudio, encargado por la Diputación a finales del pasado año, ha despejado las dudas que había para ofrecer un nuevo acceso rápido entre las dos márgenes de la ría del Nervión. La construcción de un puente se descarta, según expresa el estudio geotécnico, "debido a la escasez de espacio disponible, a la imposibilidad de ejecución por fases" y a la futura construcción de otro paso elevado en el municipio de Erandio, cercano a Leioa. "Era una solución más barata, pero tiene un fuerte impacto visual, generaría ruidos y obligaría a la demolición de fábricas. Por eso, va a ser un paso subfluvial", explica el diputado vizcaíno de Obras Públicas, José Félix Basozabal. Su departamento ha estudiado un total de 38 alternativas diferentes de túneles y, finalmente, se han seleccionado tres: la construcción de dos viales subterráneos de forma ovalada, con dos carriles en cada sentido, e incluso tres en algún tramo, y un coste de casi 23.000 millones. La segunda opción contempla también dos túneles, pero de forma circular, dos carriles y un coste de cerca de 20.000 millones; y la tercera se reduce a un solo túnel con calzadas superpuestas de dos carriles y alrededor de 17.000 millones de pesetas de inversión. Túnel de 2,5 kilómetros "Esta última alternativa es la que vemos mejor por la innovación tecnológica que supone, al pasar los coches en un sentido por arriba y en el otro por abajo, y porque es la que el menor coste económico tiene", señala José Félix Basozabal. El túnel subterráneo tendrá una longitud de casi 2,5 kilómetros -discurrirá, por tanto, más debajo de la tierra que del agua-, de los 3,5 que totalizará la carretera. Partirá de la rotonda de Artaza, en Leioa, y enlazará con el futuro eje del Ballonti -la carretera de dos carriles que será alternativa a la A-8 y transcurrirá paralelamente a la autopista a lo largo de las localidades de Santurtzi, Portugalete y Sestao-, desde donde habrá un acceso a la A-8. "El que salga desde la rotonda de Artaza y no más cerca de la ría es por la existencia de empresas en Leioa que hay que salvar mediante el túnel", justifica Basozabal. La propia complejidad del proyecto, que se ha denominado como el subfluvial de Lamiako, se ha visto incrementada por las características del terreno. A pesar de que la mayoría del trazado discurre debajo de roca, existen tramos de arenas y tierras que obligarán a utilizar el tratamiento jet-grouting. "Esta técnica consiste en inyectar hormigón en esas zonas de arenas", señala José Antonio Asensio, director de Obras Públicas. En concreto, el jet-grouting se empleará en más de medio kilómetro del trazado, en la margen de Leioa y parte del cauce de la ría. Segunda carretera de pago Esta carretera contribuirá a mejorar las comunicaciones entre las dos márgenes del Gran Bilbao. Ahora los accesos están localizados en Bilbao, el Puente Colgante y el viaducto de Rontegi. La inexistencia de más enlaces obliga a los automovilistas a dar un gran rodeo, pese a que distancia de las dos orillas no pasa de un centenar de metros en algunos puntos. El vial será la segunda infraestructura de pago que acometa la Diputación tras la adjudicación este verano de las obras de los túneles de Artxanda. Al igual que en este caso, las autoridades justifican la medida por razones económicas y la existencia de accesos alternativos. Los próximos pasos serán la elaboración del estudio financiero y sacar a concurso la concesión del proyecto, "lo que tenemos previsto hacer a lo largo de 1999", señaló Basozabal.
Un proyecto planteado en 1985 y que ha estado jalonado de incertidumbres
La construcción del subfluvial de Lamiako es uno de esos grandes proyectos jalonado por la incertidumbre y los plazos incumplidos. Se planteó por primera vez en en 1985 a través del Departamento de Política Territorial del Gobierno vasco y fue en 1992 cuando se anunció la pretensión de realizar esta infraestructura. Era la época en la que la Diputación vizcaína estaba totalmente condicionada a los recursos de sus presupuestos ordinarios para la ejecución de carreteras y entonces se hablaba del año 2010 como fecha para acometer los trabajos. La entrada del nuevo equipo de gobierno foral trajo nuevas fórmulas de financiación externa, como los peajes, lo que llevó al diputado general, Josu Bergara, a anunciar el inicio de las obras en 1999, antes de que concluya la actual legislatura. Sin embargo, poco después el titular de Obras Públicas habló de un retraso definitivo en el comienzo de los trabajos y ahora, con el estudio geotécnico concluido, se han retomado las previsiones iniciales y se baraja el año 2000 como fecha de inicio del proyecto. En estas incertidumbres ha jugado un papel importante cómo realizar el vial: con un puente o un túnel. La primera opción ha sido rechazada desde el principio por las autoridades del municipio de Leioa debido al fuerte impacto visual que causaría y se ha insistido en la construcción del enlace subterráneo. Al mismo tiempo, la habilitación de un túnel serviría para remozar urbanísticamente la dársena de Lamiako, situada a orillas de la ría. Los primeros cálculos contemplan que el vial, al tratarse de una conexión directa y rápida, pueda acoger a cerca de 30.000 vehículos diarios.
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