Cascos dijo en su día que la justicia se jugaba el prestigio en el fallo

El vicepresidente del Gobierno Francisco Álvarez Cascos manifestó en septiembre de 1995, cuando el PP estaba en la oposición, que con el fallo del caso Marey la justicia se jugaba su prestigio, porque la opinión pública ya había dictado sentencia. "En la medida en que la sentencia no se corresponda con el veredicto de los ciudadanos quien va a salir perdiendo es la propia justicia", señaló.Tras la resolución judicial, adelantada por EL PAÍS el 23 de julio pasado, las reacciones no se hicieron esperar. Ese mismo día la Comisión Ejecutiva del PSOE difundía una nota en la que se ratificaba "en la convicción de la inocencia de Barrionuevo y Vera". Su candidato a la Presidencia, José Borrell, acusaba al día siguiente al PP de "utilizar la filtración de la sentencia para tomar las posiciones que más puedan perjudicar a González".

Le replicó Josep Piqué, recién estrenado como portavoz del Gobierno, apuntando a Felipe González y aludiendo a sus "teorías sobre las responsabilidades políticas y las responsabilidades penales". Por su parte, éste pedía el día 25 que se centrara en él "la cacería" abierta contra los socialistas, ya que la sentencia derivaba de una "operación antigua" contra él.

Cruce de declaraciones

José Bono, presidente de Castilla-La Mancha, afirmaba el día 26 que dirigentes populares como Cascos sentían "más odio hacia el socialismo y González que repulsión hacia los terroristas", y Juan Carlos Rodríguez Ibarra, de Extremadura, proponía que el PSOE adoptara "un plante institucional" frente al PP. En la reunión de la Ejecutiva Federal del día 28, el PSOE reafirmó su postura de impedir que los "antidemócratas masacren" a González y designó a siete de sus miembros (Almunia, Borrell, Ciscar, Pérez Rubalcaba, Bono y Chaves) para hacer frente a la situación que se plantearía cuando la sentencia fuera firme. A su vez, el portavoz del PP, Luis de Grandes, recomendó al PSOE "serenidad" ante los 28 casos de los GAL pendientes de juicio.El Supremo hizo pública la sentencia del caso Marey el día 29. Tras su condena, Vera declaró que era "evidente que la politización del caso desembocaría en algo así". Ese día, el coordinador del PP, Ángel Acebes, dijo que iba a eludir "la confrontación" con el PSOE. El día 30, el gabinete de crisis del PSOE para el caso Marey manifiesta en una nota que acata el fallo aunque discrepa "radicalmente" de él por haberse "condenado sin pruebas" y con una "presión político mediática" que viciaba el proceso. González, antes de sumarse a la defensa del recurso de Vera y Barrionuevo ante el Constitucional, acusó el día 31 a Aznar de destruir "los valores de la transición" y dijo que "la sentencia acabaría siendo anulada".