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EL CASO MAREY

González acusa al presidente del Supremo de haberse callado cuando recibía presiones

Anabel Díez

Felipe González está muy irritado por la decisión del presidente del Tribunal Supremo, Javier Delgado Barrio, de afear lo que consideró "airadas reacciones" del PSOE a la sentencia del caso Marey, así como por sugerir al Tribunal Constitucional que no dé relevancia a que el ex presidente socialista haya firmado los recursos de amparo de José Barrionuevo, ex ministro del Interior, y Rafael Vera, ex secretario de Estado de Seguridad. "Delgado Barrio calló cuando el Supremo estaba recibiendo presiones políticas y mediáticas y habla ahora cuando debe callar y no limitar el derecho de defensa", dijo ayer González, quien comparó a los dos ex altos cargos de Interior con el protagonista del caso Dreyfus, el oficial de origen judío condenado por espionaje en 1894 y rehabilitado 12 años después tras provocar una fuerte división en la sociedad francesa.

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González aprovechó un acto celebrado en Valdemoro (Madrid) -la inauguración de un parque en memoria de la que fuera delegada del Gobierno en la capital, Ana Tutor- para cargar contra el comunicado emitido por el presidente del CGPJ y del Supremo, al que acusó de "no haber respetado las instituciones" y "haber callado" cuando el alto tribunal "recibía presiones políticas y mediáticas" sobre la sentencia del caso Marey. Más rotundo que nunca, González criticó la "injusta" condena a sus ex colaboradores al tiempo que aseguró a los hijos de Vera y Barrionuevo que no iba a abandonarles a ellos ni a sus padres.Al acto de homenaje a la fallecida dirigente socialista no asistieron los ediles del PP de Valdemoro, al suponer que iba a convertirse en un acto político del PSOE. Y así fue. Tras la intervención del ex alcalde de Madrid Juan Barranco -que compartió el estrado con el ex vicesecretario general del PSOE, Alfonso Guerra; el esposo de la fallecida, el periodista Alfonso S. Palomares, y el alcalde de Valdemoro, José Huete, además del ex presidente socialista- habló González. Empezó con un recuerdo emocionado a Ana Tutor, estrecha colaboradora y amiga de Barrionuevo y Vera. Ambos estaban presentes en el homenaje.

Pero de inmediato se lanzó a criticar el comunicado del presidente del Supremo en el que criticaba la reacción del PSOE ante la sentencia que condena a 10 años de prisión a Vera y Barrionuevo. Además, González no ha encajado bien la sugerencia de Delgado Barrio al Constitucional para que no dé relevancia a su firma como codefensor de ambos. "Le digo al señor Delgado Barrio, con respeto y no un domingo por la noche, que yo sí respeto las reglas del juego, y él no ha respetado las instituciones", señaló aludiendo a la hora y el día elegidos por Delgado para emitir su nota y a que el presidente del Supremo "no ha esperado a que se reúna el CGPJ, siendo como es un órgano colegiado".

El ex presidente demostró haber leído bien el comunicado. A la afirmación de Delgado de que la sociedad "ha recibido la sentencia con naturalidad", replicó: "Yo no voy a apelar a la opinión pública, aunque tenga más de nueve millones de votos y este señor sí apela a la opinión pública". González reiteró ayer que la condena "es injusta". "Lo digo porque soy libre para decirlo, y como yo piensan millones de españoles", dijo, e insistió en que "el origen de la sentencia no es judicial, sino político".

En tono solemne, se dirigió a los hijos de Barrionuevo y Vera, de quienes ha recibido una carta. "Les digo que no voy a abandonarles ni a ellos ni a sus padres". También dejó un mensaje para el candidato a La Moncloa, José Borrell -ausente por hallarse en una reunión de la Ejecutiva del PSC- y para el secretario general, Joaquín Almunia: "Pueden contar conmigo para ayudarles a ganar las elecciones, y Vera y Barrionuevo también para ayudarles a que ganen judicialmente".

"Seguiré en la brecha luchando por el respeto a las reglas del juego democrático", prosiguió, y confió en que el tiempo ponga todo en su sitio. "Nos va a pasar como a Dreyfus. Se restablecerá el honor de Vera y Barrionuevo y vivirán en libertad", dijo en alusión al oficial francés de origen judío Alfred Dreyfus, condenado por espía en 1894 y rehabilitado 12 años después.

El millar de asistentes al acto aplaudió este efectista final. Entre ellos, los generales Enrique Rodríguez Galindo y Sáenz de Santamaría; el ex ministro del Interior, José Luis Corcuera; Joaquín Almunia, los diputados Alfredo Pérez Rubalcaba, Txiki Benegas, Luis Yáñez, José Acosta, Cristina Alberdi, Carmen Romero, la peletera Elena Benarroch, y el actor Paco Marsó.

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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