El piloto del avión de Swissair intentó durante 16 minutos aterrizar para evitar la catástrofe
Un submarino canadiense se sumó ayer a los esfuerzos de la Marina y los pescadores locales para localizar el fuselaje y la caja negra del avión de Swissair que cayó al Atlántico el miércoles tras declararse un incendio a bordo frente a la costa de Halifax (Canadá). La reconstrucción del accidente sugiere que no hubo explosión en el aire. Al contrario, la tripulación y los pasajeros fueron conscientes de la inminencia del desastre durante 16 minutos, desde la primera llamada de emergencia hasta el impacto en el agua. Los responsables de la investigación niegan la posibilidad de un sabotaje.
Entre las 21.14 y las 21.30 del miércoles (hora de Nueva Escocia), el piloto del vuelo 111 de Swissair entre Nueva York y Ginebra y los controladores aéreos canadienses tomaron una serie de decisiones que los investigadores tratan ahora de reconstruir para ver si un error humano empeoró el supuesto fallo mecánico que causó el incendio.El humo en la cabina se detectó una hora después de que el MD-11 despegara con total normalidad del aeropuerto Kennedy de Nueva York con 229 personas a bordo. A 33.000 pies de altura, el piloto Urs Zimmermann trató de evitar la alarma y se limitó a pedir permiso al control aéreo de Moncton (Nueva Brunswick, Canadá) para dar media vuelta y aterrizar en Boston (Massachusetts), en EEUU). Los controladores le dijeron que Boston estaba a 190 millas y Halifax sólo a 40, con lo que Zimmermann, un veterano profesional de 50 años de edad, decidió seguir.
Sin embargo, cuando sólo quedaban 10 minutos para alcanzar Halifax, el piloto se desvió de su ruta para trazar un círculo sobre la bahía y descargar combustible sobre el mar. Un aterrizaje de emergencia se debe hacer con la menor cantidad posible de combustible para reducir el peligro de explosión. Pero la decisión de evacuar el depósito, con el consiguiente retraso, pudo ser fatal.
En algún momento de este proceso se pidió a los pasajeros que se pusieran los chalecos salvavidas, lo cual indica que el pasaje supo lo que se avecinaba. El hallazgo de varios cadáveres con el chaleco puesto confirma este escenario. A las 21.25, el vuelo 111 transmitió al aeropuerto de Halifax la señal de alarma intermedia "pan, pan, pan", en vez del habitual "mayday", que denota una situación desesperada de crisis inminente. El aparato había descendido para entonces a los 10.000 pies. A las 21.30, su señal desapareció del radar.
Extremo descartado
Ningún testigo vio una explosión en el aire, como ocurrió en el caso del vuelo 800 de la TWA sobre Long Island (Nueva York) en 1996, con lo que ese extremo queda prácticamente descartado. Lo que intriga a los investigadores es el motivo de la caída final cuando sólo quedaban 30 millas para llegar a Halifax. Incluso si el avión se hubiera quedado sin una gota de combustible, podría haber planeado brevemente hasta alcanzar tierra firme.En 1985, un 747 de Japan Air Lines se estrelló contra una montaña, pero antes algunos pasajeros tuvieron tiempo de garabatear algunas notas desesperadas en sus instantes finales. En 1996, un DC-9 de la compañía ValuJet cayó sobre la zona pantanosa de Florida cuando el piloto trataba de regresar al aeropuerto después de declararse un incendio.. El principal investigador de ese accidente encabeza ahora el equipo estadounidense desplazado a Nueva Escocia.
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