Alejandro Sanz reunirá a 30.000 personas en Bilbao, Pamplona y San Sebastián

A sus 29 años, Alejandro Sanz ha ganado suficiente dinero como para cortarse la coleta y vivir de las rentas. Sin embargo, se encuentra embarcado en la apoteósica gira de presentación de Más, cuarto elepé firmado con su nombre. En dicho marco hay que encuadrar sus actuaciones de hoy en la plaza de toros bilbaína (21.00), del próximo sábado en el coso pamplonés (22.00) y del domingo en el donostiarra velódromo Anoeta (21.00). Más de 30.000 personas asistirán a esos tres conciertos. Una minucia comparada con el millón de espectadores que, una vez toque a su fin, habrá presenciado su tour. Situado en la cresta de la ola, su gira mantiene en ruta a 70 personas y se desarrolla en un escenario, punto de origen de más de 100.000 vatios de sonido, que se complementa con una pantalla de 84 metros cuadrados. A través de ella se podrán seguir las evoluciones de un Sanz que, acompañado por diez músicos, invertirá dos horas largas en repasar su repertorio. Más ha supuesto la definitiva legitimación de un artista antaño tachado de mero producto de marketing por la endeblez de sus canciones y por la desmedida admiración que despertaba entre una parroquia adolescente que aún hoy, soportando desmayos y profiriendo histéricos gritos, copa las primeras filas en sus recitales. Diez temas, comerciales pero bien elaborados, forman el disco español más vendido (tres millones de ejemplares), un elepé que ha enganchado a decenas de miles de personas merced, sobre todo, al calado de Corazón partío, un emotivo llanto entre el flamenco, el pop y la rumba más ligera. Pero Corazón partío no es su primer hit. Temas como Pisando fuerte y Se le apagó la luz, contenidos en su álbum de 1991, desencadenaron el fenómeno de fans que hoy limita sus apariciones públicas. Después vendrían el salto al mercado suramericano, la grabación de sus canciones en italiano y portugués, la colaboración con artistas de renombre y el actual encumbramiento.