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Los grupos ecologistas logran salvar el último litoral virgen del Garraf

Victoria ecologista a medias. Els Colls-Miralpeix, un bosque de pinos y cipreses al lado del mar situado en la comarca del Garraf y considerado el último espacio virgen litoral que queda entre Barcelona y Tarragona, será urbanizado en parte. Las entidades que forman parte de la plataforma Salvem Els Colls se muestran moderadamente satisfechas, pero instan ahora a los tres ayuntamientos implicados para que garanticen definitivamente la conservación de este espacio natural.

Els Colls-Miralpeix se extiende a lo largo de una estrecha franja de cuatro kilómetros desde Sitges hasta Sant Pere de Ribes y Vilanova i la Geltrú. Se trata de una zona privilegiada, de propiedad privada, porque cualquier casa que allí se construyera estaría rodeada de un entorno natural y frente al mar. En la década de los ochenta, Sitges, Vilanova y Sant Pere de Ribes ya previeron la posibilidad de urbanizar sus respectivas zonas mediante planes parciales, aunque entonces ningún promotor estaba interesado en construir. Sin embargo, a partir de 1990 la población de la comarca del Garraf ha experimentado un crecimiento constante (en menos de 10 años se ha pasado de 75.000 habitantes a casi 100.000), debido a la emigración en el área metropolitana de Barcelona, y el suelo empezó a escasear. Además, la apertura de los túneles del Garraf en 1992 dejó Sitges a sólo 20 minutos de Barcelona. También en 1992 se presentaban los primeros planes urbanísticos de la zona. Dos empresas con la misma dirección en el paseo de Gràcia de Barcelona eran propietarias de la mayor parte de los terrenos de este espacio natural. Una de las empresas es El Desierto, SA (que promueve el plan de Sitges) y la otra es Compañía Mercantil Inmuebles y Valores, SA (que impulsa el proyecto de Sant Pere de Ribes). Además, los arquitectos que firmaron el estudio de detalle del sector de esta última localidad eran los mismos que habían elaborado el plan parcial de Sitges. Entre ambos planes urbanísticos, se preveía la construcción de más de 600 casas de alto nivel, un campo de golf y una zona hotelera. Por su parte, también Vilanova preveía urbanizar su zona. En 1995 empezaron las obras en el sector de Sant Pere de Ribes e inmediatamente los grupos ecologistas trataron de paralizar la acción de las excavadoras. En pocos meses, se constituyó la plataforma Salvem Els Colls, formada por 48 entidades que incluyen grupos de defensa del medio ambiente y asociaciones vecinales. Se llevaron a cabo manifestaciones en las mismas obras, fueron presentadas alegaciones, se recogieron más de 7.000 firmas y miles de personas de Sant Pere de Ribes, Sitges y Vilanova colgaron en sus balcones lienzos blancos con una hoja de bargalló (una planta autóctona) dibujada. El Ayuntamiento de Vilanova fue el primero en dar marcha atrás al retirar su plan urbanístico para la zona de La Muntanyeta. Le siguió Sitges, que declaró no urbanizable una gran extensión de terreno conocida como Les Coves, aunque las obras seguirán en el sector del Camí de Can Girona. Mientras, el Ayuntamiento de Sant Pere de Ribes negoció con los promotores un nuevo convenio urbanístico para reducir el impacto ambiental. Este convenio fue aprobado a principios de agosto. Si el primer plan parcial de urbanización preveía la construcción de 433 casas de planta baja y un piso, el definitivo prevé que se edificarán 359 casas. El consistorio de Sant Pere de Ribes ha indicado que el plan urbanístico no podrá ser retirado ni aplazado sine die porque ello supondría tener que indemnizar a la empresa promotora.

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