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Se buscan "canguros" de vacas

Más de cien ganaderos ceden el cuidado de sus reses en verano, pese a la escasez de suplentes

El verano significa, en mayor o menor proporción, vacaciones. Pero este privilegio emanado de la vida laboral no se disfruta en todos los sectores, el primario por ejemplo. Quienes viven del ganado -sobre todo el vacuno de leche- parten en una posición de inferioridad con respecto a otros oficios. Su producto necesita atenciones todos los días del año. Hasta 1993 muchos profesionales del campo en Euskadi tenían dos opciones: renunciar a los días rojos en el calendario o recurrir a alternativas peregrinas. Desde ese año existe una fórmula para aquellos ganaderos que quieran disfrutar de unas vacaciones y que, a causa de las peculiaridades de su explotación, carecen de medios para garantizar la atención de las reses en su ausencia. Las tres diputaciones subvencionan un programa dirigido a contratar suplentes que realicen las tareas de los solicitantes mientras éstos están de vacaciones o de baja médica. Este año un centenar de personas se ha acogido al plan. Principalmente pertenecen al sector del vacuno de leche y, en menor medida, al ovino, la horticultura y cunicultura. El desarrollo de la idea, sin embargo, no es tan sencillo como aparenta. "No podemos recurrir al Inem. No se puede contratar a una persona de la calle", recalca Jon Aguirre, gerente de Sergal, la asociación de ganaderos que desarrolla el programa en Álava. De hecho, él y sus colegas guipuzcoanos de Lurgintza se topan cada vez con más dificultades para encontrar canguros para cuidar del ganado. Sirva como ejemplo que en Álava se había estabilizado la cifra de solicitantes en la quincena, "entre 16 y 18". Este año, en cambio, sólo se podrá atender a una mínima parte, en las comarcas de Legutiano y Zigoitia, "porque no hay gente dispuesta". Una decena de ganaderos se quedarán sin vacaciones. En Guipúzcoa, sin llegar a este extremo, se acepta un límite de 30 servicios por la falta de personal. Y eso que la iniciativa como tal ha resultado un éxito. "Todos los que solicitan este servicio un año repiten al siguiente", coinciden las asociaciones que coordinan el programa en las tres provincias. "Todos tienen claro", añade Jon Aguirre, "que su sustituto lo hace peor que ellos y que incluso le puede hacer una buena mientras no está, pero todo esto se asume. Jamás hemos recibido ninguna queja. Todos repiten", insiste. El perfil del ganadero más beneficiado con la medida es aquél que comparte ganado con otro socio. Así, mientras uno marcha de vacaciones el otro sigue en la vaqueriza acompañado del sustituto temporal. En las explotaciones donde se trabaja de forma asociada y a mayor escala sí se produce una alternancia en las vacaciones. La demanda en cuanto al número de ganaderos ha aumentado con el transcurso de los años. Al contrario que la oferta. No existe, por así decirlo, un gremio de niñeras de vacuno al que recurrir. Hay pocas personas cualificadas dispuestas a hacer este trabajo: "Debe ser un profesional, con experiencia. A veces, viene gente del Inem, pero le exigimos una experiencia que no tienen", describe Martín Uriarte, gerente de la asociación Lorra, encargada del programa en Vizcaya. El éxito de Vizcaya En esta provincia ha ocurrido este año un fenómeno singular que ha desbordado las previsiones. Se ha duplicado el número de solicitantes. De 30 ganaderos que disfrutaron de este servicio en 1997 se ha pasado a 60. Lorra, pese a todo, ha salvado la demanda mediante un sistema diferente al de sus vecinos. Utiliza como canguros a profesionales del sector, pero, a diferencia de Álava y Guipúzcoa, emplea contratos de autónomos. Así encuentra una mayor predisposición en los sustitutos. Tan sólo se ha producido un caso en que no se ha podido atender a un ganadero. Los ganaderos vizcaínos cuenta además con una ventaja con respecto a sus vecinos. La Diputación ofrece una ayuda que supone el 80% del salario de los suplentes, mientras que en las otras provincias las subvenciones oficiales no sobrepasan el 65%. El propio ganadero paga el resto del servicio.

Trabajo asegurado

Las oficinas del Inem están repletas de profesionales de todo tipo, pero es improbable que exista nadie de profesión ganadero, en especial de la rama de vacuno de leche, una especialidad que da trabajo todos los días del año. Hoy en día faltan profesionales. Eso sí, las condiciones de trabajo que ofrece el programa coordinado por Sergal, Lorra y Lurgintza (entre las tres tienen unas 700 explotaciones asociadas en esa rama) son muy específicas. Un sueldo asegurado para al menos cuatro meses al año, aunque para optar a él se requiere un conocimiento exhaustivo del medio rural. Por lo general, estas niñeras responden a personas jóvenes y menores de 40 años. También se prestan a ello ganaderos de otros sectores que buscan un plus a su salario. En Vizcaya se recurre con asiduidad a hijos de ganaderos e incluso a algunos alumnos de la Escuela Agraria de Derio. "Algunos, después de trabajar en las explotaciones, se han quedado allí de forma definitiva", asegura el gerente de Lorra.

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