Muere en Kabul el observador de Naciones Unidas tiroteado

El teniente coronel italiano Carmine Calo, de 42 años, observador de la ONU en Afganistán, murió ayer en Kabul como consecuencia de los disparos recibidos el jueves en la espalda cuando viajaba con otros compañeros en un minibús por el centro de la capital afgana. Un portavoz de la ONU aseguró ayer, sin especificar número ni nombres, que los autores del atentado han sido detenidos. El incidente se originó pocas horas después del bombardeo estadounidense que destruyó en su totalidad uno de los centros de instrucción de la guerrilla islamista financiado por el líder integrista Osama Bin Laden, según aseguró ayer la prensa de Pakistán. Por otra parte, más de 10.000 sudaneses, en su mayoría estudiantes, salieron ayer por la mañana a las calles de Jartum para concentrarse ante el palacio presidencial y protestar así contra el ataque de los norteamericanos. El presidente sudanés, Omar el Bechir, deploraba ayer "las débiles reacciones de protesta" del mundo árabe y musulmán por el ataque norteamericano, al tiempo que reclamaba una reunión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU y el envío a Jartum de una comisión internacional que investigue la naturaleza de la fábrica de medicamentos destruida, en la que, según éste, no se producía "ningún arma química".

Varios ingenieros que trabajaron en la construcción de la planta farmacéutica de Sudán han afirmado que sus instalaciones no servían para producir armas químicas. Este es el caso del británico Tom Carnaffin y de tres ingenieros jordanos, que supervisaron la construcción de la fábrica hasta su puesta en marcha hace un año. [Osama Bin Laden ha lanzado un llamamiento a la guerra santa contra EEUU a todos los musulmanes del mundo, según informa France Presse].