Alemania congela los créditos a Rusia
Alemania, el principal acreedor de Rusia y el más perjudicado por la crisis financiera en aquel país, no quiere seguir dando créditos ciegamente a Moscú y parece dispuesta a ejercer presión para que los dirigentes rusos se apliquen a la reforma con más seriedad que hasta ahora. Así lo indicó ayer el canciller federal alemán, Helmut Kohl. Los rusos deben continuar ahora sus esfuerzos de reforma, afirmó ayer el canciller, según el cual hay que decir francamente a los rusos que no se trata de conseguir más dinero, sino de poner en marcha las medidas de reforma que han anunciado. Por su parte, el ministro de Exteriores, el liberal Klaus Kinkel, lanzó ayer un mensaje análogo al del canciller al asegurar que Rusia no debe convertirse en un paciente crónico de las instituciones financieras internacionales, sino poner en práctica las reformas.
El ex ministro de Economía de Alemania Otto Lambsdorff, liberal, ha dicho que Rusia no necesita más dinero, que desaparece en cuentas en el extranjero, sino una mejor política económica y la creación de marcos legales y fiscales. Según Lambsdorff, la crisis asiática tendrá, a largo plazo, peores consecuencias para Alemania que la crisis financiera rusa. "Los acontecimientos en Rusia tienen importancia política, pero no tendrán una gran influencia en nuestras exportaciones", señaló Lambsdorff.
Las estimaciones sobre la deuda rusa a Alemania varían, según distintos organismos. El ministro de Economía federal, Günter Rexrodt, calcula la deuda de Rusia con Alemania en 1,87 billones de pesetas, a los que hay que sumar 4,6 billones más de la época soviética, que en gran parte han sido renegociados de tal modo que el principal comience a pagarse a partir del 2002.
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