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Familiares y amigos dicen adiós a Xavier Miserachs en una emotiva ceremonia

Familiares y amigos del fotógrafo Xavier Miserachs, fallecido el viernes a los 61 años víctima de un cáncer, le despidieron ayer en una sencilla y emotiva ceremonia en el Tanatorio de Les Corts de Barcelona. En un oratorio repleto, un sacerdote amigo del fotógrafo desde sus tiempos de estudiantes recordó cómo éste le había pedido, pocos días antes de morir, que dispusiera todos los detalles para celebrar a su muerte un acto religioso. Las hijas de Miserachs, Arena y Mar, leyeron sendos textos de los Evangelios y su hermana le dedicó unas palabras de su puño y letra: "Xavier, no sé muy bien a dónde vas ni por qué te vas tan pronto. Te doy las gracias por haber pasado por aquí y te deseo un buen viaje. Adiós, Xavier".

Las honras fúnebres a uno de los fotógrafos más representativos de la posguerra y una de las miradas sobre Barcelona más sensibles congregaron a numerosos representantes de la cultura y la política. El alcalde de Barcelona, Joan Clos, lamentó la pérdida de un hombre "que junto con sus compañeros de generación y escuela renovó, en los años sesenta, el lenguaje fotográfico. Además, era una persona sensible que ha vivido Barcelona y Cataluña de forma intensa". El consejero de Cultura de la Generalitat, Joan Maria Pujals, que tuvo una colaboración profesional con Miserachs, recordó: "Recientemente, la Generalitat le concedió la Creu de Sant Jordi por su aportación a la cultura catalana en estas últimas décadas. Estaba dotado de una extraordinaria dimensión humana que llenaba de humanidad y ternura sus fotografías". El arquitecto Oriol Bohigas se refirió al fotógrafo fallecido como "uno de los personajes más significativos de lo que fue la cultura catalana a partir de los años sesenta, y no específicamente de la cultura fotográfica, sino que realizó la integración de toda la cultura del país en aquel momento tan difícil. Puso en marcha toda una actitud cívica y política a partir de la cultura". El director del Instituto de Cultura de Barcelona, Ferran Mascarell, y el convergente Miquel Roca completaron la representación política presente en la ceremonia. A ella también asistieron la escritora Rosa Regàs, el director del Museo Nacional de Arte de Cataluña, Eduard Carbonell; la ex modelo Teresa Gimpera, el escritor y filósofo Vicenç Altaió, el artista Albert Guinovart y el crítico de arte Daniel Giralt-Miracle. La representación del mundo de la fotografía fue extensa. Junto a Leopold Pomés, Colita y Oriol Maspons, compañeros de generación, colegas y grandes amigos del fallecido, asistieron, entre otros, Humberto Rivas, premio Nacional de Fotografía en 1997; la responsable de fotografía de la Fundación La Caixa, Marta Gili, y numerosos reporteros gráficos de generaciones posteriores a la de Xavier Miserachs. Tras el acto, los restos mortales del desaparecido fotógrafo fueron enterrados en el cementerio de Montjuïc en la más estricta intimidad.

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