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Doce adolescentes españoles resultan heridos en el peor atentado en Irlanda del Norte

Al menos 12 españoles se encuentran entre las 190 personas heridas que ayer colapsaron las urgencias de los hospitales de la zona, según confirmó el Ministerio de Asuntos Exteriores español. La agencia France Presse, citando fuentes policiales, apuntó que uno de ellos había muerto, mientras otras fuentes únicamente se referían a un español en estado muy grave. La información era confusa esta madrugada sobre las identidades y edades de los españoles. Según Exteriores, se trata de jóvenes que se encontraban en viaje de recreo en Omagh, madrileños en su mayoría, y sus edades rondan los 14 años, informa la agencia Efe. Las autoridades británicas han dispuesto un número de teléfono de información a familiares (07 44 1232 673371). "Había cuerpos de mujeres y de niños con los miembros desperdigados", gritaba Frank Pancok, un hombre de unos cincuenta años que presenció la masacre. "Nunca había visto nada parecido", declaró a la agencia France Presse. "Vi cuerpos por todas partes. He visto cómo los metían en sacos antes de retirarlos", contaba Dorothy Boyle.

Voluntad de matar

Una joven embarazada se arrastraba por el suelo, con las piernas seccionadas. "También había un niño con la mitad de su pierna desgarrada y con un zapato aún puesto", declaró un policía con el uniforme salpicado de sangre. Entre las víctimas mortales hay 15 mujeres y varios niños, uno de ellos un bebé de 18 meses. "Es difícil imaginar que en el espíritu de los que han cometido este atentado haya algo más que voluntad de matar", declaró el jefe de la policía del Ulster, Ronnie Flannagan. Ninguna de las organizaciones extremistas activas en Irlanda del Norte se atribuyó ayer la responsabilidad del peor atentado en el Ulster desde el estallido de la violencia entre protestantes probritánicos y católicos republicanos, hace 30 años. Pero dirigentes protestantes unionistas acusaron inmediatamente a grupos extremistas republicanos. El parlamentario Ken Maginnis, del Partido Unionista del Ulster (UUP), declaró: "La culpa es de los militantes republicanos. Quieren poner a Irlanda del Norte de rodillas. Todos sabemos quiénes son". El atentado fue cuidadosamente planeado para causar el máximo efecto psicológico y letal posible. La población de Omagh se aprestaba a celebrar su festival veraniego en un ambiente de relativa tranquilidad. Toda la zona donde estalló el coche bomba, no lejos de los juzgados, estaba abarrotada de gente que paseaba, entrando y saliendo de las tiendas. Era una tarde soleada y serena. Y, como en la mayor parte del Ulster, había cierta satisfacción por los prometedores avances en el campo político tras el abrumador apoyo popular a la causa de la paz demostrado en el referéndum de mayo pasado. Bombazos y tiroteos han ocurrido en varios puntos del Ulster desde entonces, pero ninguno de esos incidentes consiguió eliminar la fe de la mayoría en el proyecto de paz.

Meses sin incidentes

En Omagh la situación era particularmente alentadora. Hacía meses que no se registraba ningún incidente serio. Tan sólo ocho días atrás, una declaración emitida por la organización paramilitar protestante Fuerza de Voluntarios Lealistas (LVF, en sus siglas inglesas), en sentido de que su tregua era "permanente", había infundido aún mayores esperanzas de un gradual avance hacia la paz en el Ulster. Pero, de repente, todas estas esperanzas se hicieron trizas con el atentado de ayer, cuyo estruendo se escuchó a varios kilómetros de distancia. "¿A esto se le llama paz?", se preguntaba entre sollozos un norirlandés que fue testigo de la carnicería de Omagh. En las calles devastadas por la explosión, ésa era una reacción generalizada de incredulidad y rabia. "Jamás he visto una cosa así", declaró otro hombre, lívido de ira, que contemplaba el caótico vaivén de ambulancias y el movimiento de las brigadas de rescate. El atentado de ayer coincide con el 29 aniversario de la decisión británica de desplazar tropas a Irlanda del Norte.

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