Torero y poeta

José María Recondo es uno de los contados guipuzcoanos que llegaron a tomar la alternativa. Por su forma de torear, en especial con el capote, dijeron que tenía resonancias belmontinas.Sus mejores recuerdos son de la época de novillero. Apunta las plazas de Alicante, Zaragoza, Palma de Mallorca y, cómo no, la antigua de El Chofre, donde cosechó diversos triunfos. "Entonces es cuando más a gusto y mejor toreé". Y añade: "Torear con el medio toro no era difícil, pero hacerlo con el toro entero, eso no era para cualquiera".

Estuvo muy pocos años como matador de toros. Con el tiempo apoderó a toreros. Ahora se dedica a sus negocios. Está afincado en Torremolinos (Málaga).

Toda conversación con Recondo se torna gratificante. Dispone de anécdotas curiosas. Su voz es dulce, suave, como la de un bertsolari (un versificador que improvisa). Hace sus pinitos al piano y compone poemas en lengua vasca

Ve a José Tomás como uno de los toreros con más futuro, y posiblemente el mejor que ha visto en mucho tiempo.

De vez en cuando se acerca por su tierra. Todos los años acude a la feria de Azpeitia. Con la nueva plaza de Illumbe tendrá pretextos para venir más veces, asegura...

Si, como dicen, Juan Belmonte era un hombre que se expresaba a menudo con sentencias, José María Recondo quiso emular al trianero, su ídolo incondicional, con una de su cosecha: "Llevo cincuenta años metido en este manicomio", en clara referencia al mundo del toro.