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Kabila recluta a miles de jóvenes ante el avance rebelde en Congo

La única ofensiva que, por el momento, ha lanzado el presidente de la República Democrática de Congo (RDC), Laurent Kabila, es la verbal. Ayer anunció en los micrófonos de la Voz del Pueblo, la radio oficial, que armará a "decenas de miles de jóvenes" para luchar contra lo que denominó "invasión extranjera". Según la televisión, más de 7.000 voluntarios se han enrolado en el Ejército de Kinshasa.Pese a estas manifestaciones belicosas y desafiantes, la situación militar es preocupante para los intereses de Kabila. En la región de Kivu, en el este del país, no hay contraofensiva alguna en marcha y los mai mai se han unido a los rebeldes. En el oeste, a 1.800 kilómetros de distancia, otras columnas rebeldes entraron en la noche del martes en Boma, según confirmaron ayer fuentes petroleras occidentales. Un hecho que desmintió el Gobierno de Congo, que había anunciado 24 horas antes su reconquista. Esta es la última localidad de importancia antes de Matadi, el puerto fluvial que alimenta Kinshasa. También hay lucha cerca de la central hidroeléctrica de Inga, la mayor de toda África y que suministra energía eléctrica a gran parte de la RDC. El cerco militar y económico a la capital congoleña empieza a tomar cuerpo.

"Los soldados que han entrado en Boma son hábiles como los ruandeses", aseguró un extranjero que vive allí y que fue contactado telefónicamente por la agencia France Press. "Se expresan en kinyarwanda [el idioma que se habla en Ruanda] y aunque los tutsis ruandeses y los tutsis banyamulengues son muy difíciles de distinguir, estoy convencido de que son ruandeses", dijo.

Dos frentes simultáneos

La existencia de estos dos frentes simultáneos, tan alejados entre sí, parece demostrar, a juicio de algunos diplomáticos occidentales consultados en Congo, que los rebeldes banyamulengues (tutsis congoleños) no sólo tienen el apoyo de Ruanda y Uganda como denuncia Kabila, sino que cuentan también con el de Angola, otra de las piezas claves en el derribo del dictador Mobutu Sese Seko hace 15 meses. Los movimientos militares así lo apuntan. La zona de Boma, Muanda y Banana, en la costa atlántica y ya en manos rebeldes, linda con la frontera angoleña y con el enclave de Cabinda (Angola). De ella, sin duda, han partido las tropas banyamulengues apoyadas por antiguos generales mobutistas.Ruanda, Uganda y Angola sufren los ataques de guerrillas que tienen su base en Congo. Los tres países confiaban que, con Kabila en el poder, ese problema desaparecería. No ha sido así. En el caso de Angola, que se dirige a una nueva guerra, el problema es claro. La pasividad de Kabila ha permitido a la guerrilla anticomunista de Jonás Sawimbi, la Unión Nacional para la Independencia Total de Angola (UNITA), utilizar Congo como base de entrenamiento y de aprovisionamiento.

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