Rebajas de verano
, Hace calor, la clientela se remoja en las playas y los grandes almacenes aprovechan la falta de apreturas para hacer sus rebajas. A esta política de saldos se apunta también la plaza de Las Ventas, a través de empresarios y presidentes. Los de la empresa, gastándose en el capítulo de los toros menos que un ciego en novelas. Y los del palco, asomando el pañuelo en cuanto arrecia el griterío de esos espectadores que quieren irse a casa a contar a los vecinos que ha habido oreja.
Poco deben valer ya los toros de Barcial, ganadería antaño disputada y hoy relegada a festejos menores. Ayer enviaron toros birrias, que pelearon a regañadientes con los montados, apenas embistieron y cuando intentaban hacerlo les daba el tembleque de patas. Aguantó el presidente Lamarca las protestas sin sacar el pañuelo verde, ni siquiera con el remiendo de Palomo Linares corrido en primer término, un toro tardo, parado en banderillas y totalmente tullido en la muleta. Pero tuvo que decidirse por echar alguno para adentro y le tocó la china al sexto. A cambio, sacaron un sobrero de Cortijoliva, recortadito de trapío, corretón y flojito. Con este sobrero, Juan José Padilla, un torero que los necesita más que un cocido, cortó un benévolo trofeo, una orejita de rebajas, tras una faena de torero voluntarioso e inexperto, sin acoplarse en ningún momento, pero que tuvo el mérito de aguantar, valiente y muy cerca, el calamocheo del torete. Con el tercero de la tarde también estuvo con coraje e hizo, tal vez, una faena de mayor mérito, pues sacó pases imposibles a base de arrimarse y arriesgar frente a un toro que cortaba el viaje y le avisaba una vez sí y otra también.
Barcial / Oliva, Sánchez, Padilla
Toros de Barcial (uno desechado en el reconocimiento y otro devuelto por inválido), desiguales, descastados e inválidos. 1º, de Palomo Linares, de aceptable presencia, inválido. 6º, sobrero de Cortijoliva, anovillado, manejable.Emilio Oliva: pinchazo, estocada corta trasera tendida y dos descabellos (silencio) ; media estocada tendida (silencio). Manolo Sánchez: infame bajonazo atravesado (silencio) ; pinchazo hondo, rueda de peones y cinco descabellos (silencio). Juan José Padilla: estocada trasera caída (aplausos y saludos) ; estocada trasera desprendida (oreja). Asistió la Condesa de Barcelona . Plaza de Las Ventas. 9 de agosto. Menos de un cuarto de entrada.
Padilla puso banderillas y todo. Más voluntarioso que acertado. Clavó muy desigual y afeó la suerte con unos saltos innecesarios en la cara del toro.
Es evidente que con el saldo de los de Barcial nada podían hacer los restantes espadas. Emilio Oliva, con el toro de Palomo, se plantó delante y le ofreció la muleta con talante y postura anunciadores de heroicas hazañas. Se empeñó en dar derechazos como fuera y sólo le salieron medios pases. Con el cuarto morlaco, que se entableró a la espera durante el tercio de banderillas, salió a repetir los derechazos. El bicharraco, manso e inválido, no le dejó dar ni uno.
Con las mismas intenciones se puso delante de su lote Manolo Sánchez. Pero éste se empeñó en usar la izquierda. Análogas posturas heroicas, como si fuera a hacer la faena de su vida. Actitud comprensible, por otra parte, porque estos chicos que apenas torean han de salir a por todas. No pasaba el burel, manso y paralítico, como sus hermanos. Desistió el torero para matarlo de forma vergonzosa. Con el quinto se permitió hasta actitudes encimistas y pases de adorno, pero todo fue inútil.
Hubo alguien que aguantó toda la corrida, pese al calor y al aburrimiento. Fue la condesa de Barcelona. Chapó por la señora.
Babelia
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