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El 70% de los músicos sufre alguna vez una dolencia laboral

Artistas de toda España acuden a una unidad especial en Manresa

Siete de cada diez músicos padecen en algún momento de su carrera alguna dolencia relacionada con su profesión que les mina seriamente la capacidad para tocar su instrumento habitual. Pero la mayoría de los pacientes de la Unidad Médicoquirúrgica del Arte, inaugurada hace poco menos de un año en el Hospital General de Manresa, exigen al centro estricta confidencialidad sobre su identidad.

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Posturas disonantes

La mayoría de los músicos recurren a la medicina sólo cuando su afección ya ha echado raíces demasiado profundas, casi siempre porque prefieren mantenerla en secreto ante el temor a ver arruinada su carrera artística. Los instrumentistas suelen solicitar a la unidad del arte que no se les cite a horas en las que puedan coincidir con algún "conocido" de la profesión.Desde la inauguración de la unidad, pionera en España, más de un centenar de músicos se han puesto en manos del equipo dirigido por los traumatólogos Dolors Rosinés y Jaume Roset.

Entre sus pacientes se hallan desde primeras figuras de la mundo musical -los más celosos de su intimidad-, hasta profesores y alumnos de conservatorios, instrumentistas de orquesta e incluso estrellas de Los 40 Principales.

Llegados no sólo de Cataluña, sino de diferentes puntos de España, como Madrid, Sevilla, Bilbao o Valladolid, entre otras ciudades, los músicos que han acudido a la Unidad Médicoquirúrgica del Arte lo han hecho mayoritariamente cansados de peregrinar por consultas de especialistas sin lograr que ninguno de ellos comprendiera su patología. Es el caso de un primer trompetista de una conocida orquesta que no hallaba médico que le prescribiera un tratamiento eficaz para corregir una atrofia labial que le había llegado a disminuir notablemente su rendimiento artístico.

Su afección ha mejorado como de la noche al día desde que en el hospital manresano le aplican técnicas de electroestimulación para regenerar los músculos labiales. Por miedo a perder su categoría de primer trompetista, el músico no ha confesado la enfermedad a su orquesta.

También José Agustín Candisano, profesor de piano de Menorca que no tiene reparos en revelar su identidad, ha notado pronto el resultado de las terapias que le están aplicando en Manresa. Aquejado de dolor casi crónico en la muñeca a causa de un esguince mal curado, José Agustín no hallaba facultativo que entendiera su afección.

"Cuando tocaba el piano, la muñeca me dolía mucho", explica. "No veía una salida para mi problema y ello me restaba energías para seguir con mi trabajo", añade. La unidad del arte de Manresa le ha diagnosticado una sobrecarga muscular y contracturas de los trapecios secundarios derivadas de una mala postura al tocar.

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