La policía reconoce que no llega al núcleo de los traficantes
Las autoridades muestran dos caras ante las redes de inmigrantes. La efectividad y la insuficiencia. Por un lado, la Policía Nacional informa sobre la desarticulación de 100 organizaciones dedicadas a esta actividad durante 1997 y 81 en lo que va de este año. En estas acciones han caído 511 integrantes de tales redes. Se asegura que cada vez se hacen más estrechos los caminos por los que pueden operar estas organizaciones.Por otra parte, el director de la Guardia Civil, Santiago López Valdivielso, reconoce que no se ha llegado al centro de estas organizaciones y explica que las redes son muy diversas y tienen diferentes maneras de operar. No hay una gran red que opere en toda Europa a la que se pueda llegar con acciones contra una o dos organizaciones, sino que cada una opera en un territorio específico con características propias.
Para la Policía y la Guardia Civil, las redes son el verdadero enemigo. El jefe de la Brigada Central de Extranjeros de la Policía, Manuel Muñoz, y el director de la Guardia Civil, identifican a los verdaderos delincuentes dentro de estas organizaciones y califican como "víctimas hasta cierto punto" a los inmigrantes ilegales que caen en sus manos. Ambos afirman que desde hace algunos años las acciones policiales se dirigen principalmente hacia las redes, más que hacia la detención de indocumentados.
A pesar de su organización "informal", las redes tienen métodos muy elaborados para hacer de la inmigración ilegal un negocio que puede dejarles beneficios de hasta seis millones de pesetas en un solo viaje. No se trata de reunir a unos cuantos voluntarios en un café de Ceuta para emprender una aventura. Son reclutados y conducidos a pisos francos en barrios populares en donde esperan, a veces semanas, la patera que los llevará al otro lado.
