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Cuestión de definiciones

Cada vez aparecen más claras las causas por las que Bill Clinton tiene la aparente intención de aferrarse a su negativa de que nunca mantuvo relaciones sexuales con Monica Lewinsky, a pesar de que una abrumadora mayoría de sus compatriotas está convencida, según demuestran las encuestas, de que esa relación existió. Y es que, en la calculadora mente del 42º presidente de Estados Unidos, una felación no constituye relación sexual, ya que no se produce penetración.Lewinsky declaró el jueves ante el gran jurado, que decidirá si el presidente ha cometido algún delito federal, que durante 18 meses Clinton y ella realizaron "actos sexuales" en la Casa Blanca, concretamente en un estudio privado adyacente al famoso Despacho Oval. Y, aunque no ha trascendido, parece que Lewinsky especificó la naturaleza de esos actos, aparentemente concretados en felaciones o sexo oral.

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Lewinsky fue obligada por el gran jurado a explicar los detalles más íntimos de su relación con Clinton

Clinton lo ha negado dos veces en el pasado y, según sus colaboradores, no tiene intención de cambiar sus anteriores testimonios. ¿Por qué? Sencillamente, porque, cuando se prestó a declarar bajo juramento ante los abogados de Paula Jones, la ex empleada del Gobierno de Arkansas que le acusaba de acoso sexual, el presidente exigió que los abogados de Jones le pusieran por escrito lo que debía entenderse por "relación sexual". Y en esa definición no figuraba el sexo oral. Por tanto, aunque la explicación atenta al sentido común, desde el punto de vista legal, Clinton puede defender su teoría de que no mintió al contestar a la pregunta escrita de los abogados.

Definición sexual

Se debían considerar "relaciones sexuales", tal y como fueron definidas a Clinton por los letrados de Jones, "los contactos con órganos genitales, ano, ingle, pecho, parte interior de los muslos y trasero de cualquier persona con la intención de despertar o satisfacer sus deseos sexuales". En otras palabras, todo lo conducente a la experimentación de un coito. El sexo oral no se menciona en esa definición y, por tanto, Clinton puede alegar ante el gran jurado que, al no existir penetración, no existe mentira ni, consiguientemente, perjurio. Otra cosa es que el jurado se trague esa explicación.En todo caso, el presidente será sometido al mismo tipo de preguntas desagradables y personales que tuvo que aguantar Monica Lewinsky el jueves en su declaración ante el gran jurado, que será retransmitida en directo desde la Casa Blanca por circuito cerrado de televisión. Con una ventaja sobre la ex becaria. Clinton contará con la asistencia de su equipo de abogados, ya que el fiscal Starr accedió a retirar la citación de comparecencia para evitarle la humillación de convertirse en el primer presidente en ejercicio que comparece personalmente ante un jurado.

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