El director de la Guardia Civil advierte de que las medidas policiales no frenan la inmigración
La Guardia Civil detuvo en el primer semestre del año a 6.849 inmigrantes que violaron la Ley de Extranjería. De ellos, 2.807 han sido interceptados cuando trataban de entrar al país cruzando el Estrecho. Santiago López Valdivielso, director general de la Guarcia Civil, advirtió ayer en El Escorial que el número seguirá creciendo, que las soluciones no son sólo policiales y que hay que conjugarlas con otras políticas y económicas.
El director de la Guardia Civil, Santiago López Valdivielso, señaló ayer que en este verano no se ha registrado un incremento "espectacular" en el número de personas que tratan de llegar a España a través del Estrecho, a pesar de que estamos en la "temporada alta" de este fenómeno, por el clima y el estado de la mar.Sin embargo, las cifras de la propia Guardia Civil revelan el crecimiento anual de los flujos de inmigrantes provenientes principalmente de Marruecos, Argelia y el África Subsahariana.
En 1996, la Guardia Civil detuvo en la zona del Estrecho a 2.960 inmigrantes e interceptó 339 embarcaciones con "ilegales" a bordo; en 1997, fueron 3.148 los detenidos y 399 las embarcaciones interceptadas. En sólo seis meses de este año casi se igualan estas cifras, con 2.807 detenciones y 289 embarcaciones sorprendidas mientras transportaban inmigrantes; de estas últimas, 281 eran pateras y zodiacs y ocho eran barcos pesqueros o de recreo.
De los 6.849 inmigrantes detenidos en el paso del Estrecho y en el resto de las demarcaciones de la Guardia Civil, 4.150 son de origen magrebí, 1.322 argelinos, 292 del resto de África, 392 americanos, 480 europeos y 213 asiáticos y de Oceanía.
López Valdivielso reconoció que la inmigración clandestina en España seguirá aumentando en los próximos años y advirtió de que para combatirla son necesarias otras medidas, además de las policiales. "Tenemos la obligación de intentar impermeabilizar las fronteras, pero al mismo tiempo habrá que resolverlo mediante la puesta en práctica de medidas de toda índole, políticas, diplomáticas, económicas, pero no estrictamente policiales", explicó.
Después de su participación en uno de los cursos de verano que imparte la Universidad Complutense en El Escorial, López Valdivielso aseguró que para la Guardia Civil el inmigrante no es un delincuente sino una víctima de sus circunstancias y de las redes de tráfico de personas.
Para la Guardia Civil, según su director, los delincuentes son los que forman parte de estas redes, "los que se aprovechan de la situación de personas que se ven obligadas a abandonar su país e intentar entrar ilegalmente a otro". López Valdivielso aseguró que las operaciones policiales en las fronteras y líneas de costa se dirigen principalmente contra estas redes y no contra los inmigrantes.
El funcionario admitió que la Ley de Extranjería plantea problemas de aplicación y "no satisface a nadie", pero indicó que su posible reforma, prevista para marzo del próximo año, no es competencia de la Guardia Civil.
Por su parte, la asociación SOS Racismo, hizo ayer un llamamiento para que en las reformas a la Ley de Extranjería se procure igualar los derechos de los extranjeros con los ciudadanos españoles. Juan Antonio Moreno Díaz, portavoz estatal de la asociación, criticó la política actual en materia de migración, ya que considera a los inmigrantes sólo como un problema público al que hay que combatir con medidas policiales, y no como protagonistas de una realidad social.
Moreno Díaz señaló que de no cambiar esta política se darán dos tipos de degradación, "una en el colectivo de inmigrantes, que se verán empujados a la irregularidad y la clandestinidad, y otra en la sociedad española, que no verá a los inmigrantes como iguales".
El portavoz de SOS Racismo advirtió que esta política, en la que se trata al inmigrante como un "ilegal" y no como un "irregular", propicia que la ciudadanía perciba a la inmigración "como un peligro que se sitúa al mismo nivel del terrorismo o el narcotráfico".
La desesperación de los inmigrantes llega a situaciones como la que vivió el martes un joven marroquí que se arrojó desde una ventana de los juzgados de Algeciras. El joven fue detenido por la Guardia Civil junto a otros inmigrantes indocumentados en una patera en la que se hallaron nueve kilos de hachís. Según explicaron fuentes de la Guardia Civil, el inmigrante, cuando esperaba para declarar ante el juez, se arrojó por la ventana. Se encuentra en estado de coma.
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