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La OTAN advierte a Milosevic que no descarta el uso de la fuerza en Kosovo

Estados Unidos acusó ayer al presidente yugoslavo, Slobodan Milosevic, de crear "una catástrofe humanitaria" en Kosovo y confirmó que la Alianza Atlántica no descarta "el uso de la fuerza" en la zona. En un duro mensaje a Belgrado, el portavoz del Departamento de Estado, James Rubin, manifestó que Milosevic se había equivocado de táctica si creía que la ofensiva serbia en Kosovo la pasada semana iba a reforzar su estrategia negociadora. Miles de campesinos huían ayer en tractores de los disparos de la artillería serbia.

Por otra parte, tanto la Unión Europea (UE) como la propia redoblaron ayer sus llamamientos a un alto el fuego en Kosovo ante la avalancha de civiles -35.000 en los últimos días- que huyen de los combates entre las fuerzas serbias y la guerrilla independentista del Ejército de Liberación de Kosovo (ELK), en medio de escenas calcadas de la guerra de Bosnia: largas columnas de tractores y carretas tiradas por bueyes, campesinos aterrorizados, un paisaje ensombrecido por la humareda de los cañoneos contra los bastiones rebeldes."Condenamos y deploramos la ofensiva serbia que ha creado la posibilidad de una catástrofe humanitaria" en la provincia de mayoría albanesa, dijo Rubin. El portavoz del Departamento de Estado manifestó que la principal preocupación del Gobierno estadounidense en estos momentos era conseguir que "las organizaciones de ayuda humanitaria y los observadores diplomáticos tengan garantizado el acceso a los refugiados". El segundo objetivo, añadió, es conseguir que esos refugiados y desplazados puedan concentrarse en lugares seguros, ante la imposibilidad de regresar por el momento a sus hogares.

"Milosevic se equivoca si cree que la ofensiva serbia le servirá para reforzar su posición en una negociación futura. Muy al contrario, [esa ofensiva] hace más difícil una negociación que al final se tendrá que producir", declaró.

Preguntado sobre las futuras intenciones de la Alianza Atlántica, Rubin confirmó la existencia de "un abanico de planes para un eventual uso de la fuerza" en la zona. El portavoz norteamericano anunció que "esos planes aprobados hace unos días estaban siendo objeto de un perfeccionamiento a petición del secretario general de la OTAN, Javier Solana". "Ese esfuerzo se está realizando a buen ritmo y esperamos que el trabajo destinado a perfeccionar las opciones termine muy rápidamente", concluyó Rubin.

Solana pidió ayer en Varsovia, donde se encuentra de vacaciones, la apertura "lo antes posible" de negociaciones entre serbios y kosovares. "La solución no puede ser sólo militar, tiene que haber una solución política. Estamos preparados para apoyarla mediante un alto el fuego", advirtió.

Austria, que ocupa en la actualidad la presidencia de la UE, todavía no ha recibido respuesta a la carta enviada el pasado viernes por su ministro de Asuntos Exteriores, Wolfgang Schuessel, a Milosevic. "Conociendo a Milosevic, la verdad es que no sabemos cuándo llegará su respuesta", admitieron fuentes austriacas. En esa carta, Schuessel echaba en cara a Milosevic que sus fuerzas de seguridad siguieran atacando a la guerrilla kosovar, a pesar de que había prometido a la delegación de la UE, que se reunió con él en Belgrado, que iba a poner fin a los combates, y en particular el cerco a la población de Junik, uno de los bastiones del ELK, y en Malisevo, que fue abandonado por la guerrilla la semana pasada tras la intervención de la artillería serbia.

El Alto Comisionado de la ONU para los refugiados (ACNUR) considera que unas 35.000 personas han huido de los últimos combates, lo que eleva a 200.000 el número de desplazados desde que, hace cinco meses, estalló el conflicto.

La provincia de Kosovo, que cuenta con un 90% de población de origen étnico albanés, perdió su autonomía en 1989.

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